Capítulo 16: Posesivo

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Cuando Ratio fue por Aventurine, no lo hizo porque la fiesta hubiera terminado sino porque sentía, mediante su lazo, la inmensa tristeza de su omega. Sin embargo, cuando entró a la habitación, lo encontró en soledad... y pudo percibir, ligeramente, unas feromonas lavanda.

Aunque no dejó que eso lo detuviera.

—¿Estás bien?

Aventurine estaba acomodado en uno de los sillones de la sala, abrazándose a sí mismo, temblando levemente.

Tenía que resistir sus instintos si quería mantener a su omega feliz. Sentía a su alfa enojarse con el omega que dejó a Aventurine tan deprimido.

—Sí...

Supo que mentía.

—Quisiera estar solo...

Ratio suspiró. Creyó que había avanzado con él, pero parecía que retrocedió tres pasos sin hacer nada.

—¿Qué fue lo que pasó?

Se acercó a su omega y se sentó junto a él.

—Nada.

Pudo adivinar todo con solo verlo. Algo había pasado con Sunday.

Al ver a Aventurine así, tuvo que decidir sus prioridades. ¿Qué era más importante para él, su imagen pública o el omega que estaba esperando un cachorro suyo? ¿Mantener la reputación favorable que tenía o demostrarle a su omega que estaba ahí para él sin importar qué pasara?

Un año atrás, hubiera respondido y sin dudar que su reputación. Nada era más importante para él que el gremio, sin embargo, quería cambiar por ese hombre. Por eso, se acercó a él para cargarlo.

¿Por qué pensó que debía llevar a su omega a ese lugar? ¿Por qué le dio más importancia a la opinión de los demás que al sentir del hombre que amaba? Había dicho que quería cambiar por él pero, al momento de la verdad, lo había arruinado todo.

—Nos vamos.

—¡Q-!

Aventurine parecía no tener palabras pero, después de la respuesta inicial no protestó. No dijo nada cuando lo sacó de Dewlight Pavilion, tampoco cuando lo sentó en el auto y tampoco cuando lo llevó a su habitación.

Odió que Ratio lo llevara a esa fiesta lleno de alfas y que lo juzgara al no darle la mano a nadie. Él solo estaba siguiendo las indicaciones del doctor, pero parecía que a Ratio no le importaba que se llenara de feromonas de otros alfas cuando sabía bien lo posesivo de su alfa.

Su plática con Sunday le hizo recordar que ese hombre no era de fiar. Arruinó su vida una vez, por lo que no podía depender de él para cuidar de su cachorro. Solo de él dependía que naciera sano y salvo. ¿Por qué pensó que sería buena idea mostrarle a su alfa su lado más vulnerable?

Sabía que había mentido, pero no quería depender del hombre causante de todo su pesar para lograr sentirse aunque fuera un poco en paz... pero no le funcionó. Su omega tenía una enorme dependencia de él, por lo que un rato de mimos lo hizo sentir bastante mejor.

Decidió que dejaría que el alfa hiciera lo que quisiera con él. Veía, como parte de su contrato, que su cuerpo era de su alfa. Pese a todo, Ratio respetaba su sentir, aunque se dio cuenta de que se equivocó al poner su confianza en él.

Cuando dio lunes, ya se le había olvidado la tristeza del sábado por la noche, pues había sido reemplazada por la alegría de su visita al ginecólogo.

—Sparkle a su servicio, jefecito~

Pero, cuando dio la hora de ir con el doctor, no había señal alguna de su alfa.

La Bendición de GaiathraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora