No tenía ni idea a qué se refería el padre de Santiago cuando dijo que aún me tenía estima y respeto. Después de cubrirle sus mentiras y de colaborar para sacarme de sus vidas no tenía ganas ni de verlo. Pero necesitaba respuestas. No tenía nada que perder así que asistí luego del trabajo.
Antes me relajé escuchando música en la bañera cerca de media hora, salí y cubrí mi cabello con una toalla. Busqué en mi armario algo para usar con el calor insoportable que aún hacía esos días.
Me puse una musculosa y short blancos y una camisa celeste con finas rayas blancas. Había perdido peso así que aseguré mi pantalón con un cinto marrón. Me puse zapatillas y me maquillé con tonos neutros.
Dejé secar mi cabello al natural y se formaron pequeñas ondas que cayeron sobre mis hombros. Tomé mi bolso y me dirigí a la cafetería. Estaba a unas seis cuadras así que decidí caminar y de paso mentalizarme. Tenía ira contenida de hace años pero iba a controlarlaLlegué al local y entré algo temerosa. Estaba Eduardo esperándome en la mesa donde siempre me sentaba con los Caputo. De golpe vinieron a mí miles de recuerdos. Santi me traía una vez a la semana y teníamos una mesa especial en el piso de arriba, por si queríamos mas privacidad. De todas formas su familia se quedaba abajo si venían.
Acomodé mis lentes de sol en el cabello y me acerqué. Lo saludé a mi ex suegro, tenía un bebé de unos dos años en brazos idéntico a Santiago. Dejé que besara mi mejilla y acaricié la cabeza del niño con suavidad.
- Hola, Edu aquí estoy! Qué lindo poder verte después de tantos años.
- De verdad te agradezco que hayas venido. Éste es Sebastián.
- Es precioso. Qué raro que Santi jamás me haya mostrado fotos de él.
- Por lo que supe, no se hablan mucho ustedes.
- No, la verdad no -mentira, si nos hablábamos, en su mayoría era para pelear a escondidas o provocarnos sexualmente en privado pero sin concretar el sexo-
- Bueno, nos sentamos?
- Si, claro
Me senté en un sillón contra la pared y recibí a Sebas cuando me pidió con los brazos que le hiciera upa. Lo senté en mis piernas y le arreglé la ropa. Tenía los mismos ojos y orejas que Santiago. Me quedé boba peinando su cabello con mis dedos.
Pedí un licuado de frutilla con una ensalada de frutas para convidarle a Sebastián, y una porción de brownie con nueces. Necesitaba algo dulce y relajante para hacer las preguntas que quería.
- Siempre fue un placer verte con niños, Julieta -Eduardo me hizo sonreír-
- ¿Cómo están tus otros nietos?
- Bueno crecieron de golpe, Luciana está en el umbral de la adolescencia -buscó fotos en su celular y me las mostró -
- Pareciera que pasaron mil años desde la última vez que los ví jaja
- Así es, y sin embargo vos te ves más joven.
- Por favor, Edu jaja pasaron como cuatro años.
- Si, la verdad lamento mucho cómo terminaron las cosas entre vos y mi hijo.
- Ya quedó en el pasado. -agarré la mano de Seba y la besé porque estaba tirando de mi collar-
- Segura? Supongo que nadie sabe lo que hay en ese relicario
- Vos si? Jaja -me sonrojé. Por supuesto que sabía, seguro en el hospital vió la inicial de Santi adentro-
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Contratiempos
FanfictionEn medio del bullicio político y los desafíos de la vida cotidiana, Santiago y Julieta, profesora de ciencias jurídicas se ven atrapados en un torbellino de destinos entrelazados. Aunque el amor es evidente entre ellos desde el primer encuentro, su...