Contratiempos

XXIX(P2)

Parte 2

Conflagración

Patee a victoria en la nariz y la tire al piso, me puse de pie y corrí a trabar la puerta. Luché con ella y tomé un hierro del piso, me defendí de su ira y en un descuido me arrojó sobre una mesa en la cual diez minutos antes me puso a escribir una carta de suicidio

- No te vas a safar de esta, hija de mil puta!! -me gritó-

Miré asustada a mi alrededor y el lápiz a pocos centímetros de mi mano llamó mi atención, recordé el chiste que Nadia hacía en mis dias en la Interpol, sobre John Wick asesinando tres tipos en un bar y por un instante pensé que era broma

Nadia sos una genia... Pensé y tomé rápidamente el objeto, esquivé varios puñetazos de victoria y se lo clavé en un muslo, paralizandola.

- Ay no, era cierto -murmuré y recuperé el aliento para golpearla en la cabeza una vez mas-

Salí de la habitación y subí las escaleras en silencio, todos estaban viendo un video del presidente exigiendo mi aparición con vida. Me escabullí a la cocina y abrí el gas. Tomé un papel y lo embebi en aceite, y cuando estaba por encenderlo noté una pequeña oficina a mi derecha con planos de la Casa Rosada, del Congreso y del ministerio de seguridad.

Me asomé y había una carpeta enorme con hojas, información de los miembros de la secta, un calendario con tres semanas en rojo, celulares, planos, tickets de compra de productos químicos, y reactivos para explosivos, información de transferencias bancarias del extranjero, varios pasaportes en algún idioma del medio oriente, y fotografías grupales conmigo enfrente, toda golpeada e inconsciente

Rápidamente recogí una bolsa del piso y puse todo allí dentro, caminé como pude a la cocina e inicié el fuego. Caí al piso por la onda expansiva que inició. Mi abdomen dolía muchísimo y me concentré en huir en medio del tumulto agitado, todos gritaban en pánico. Me abrí paso en el caos humeante con la cabeza gacha, intentando que no me reconocieran, crucé la puerta principal y corrí apenas manteniendome estable. Vi tres helicópteros afuera y una figura sentada al borde uno de ellos, estaba vestido diferente a los soldados a bordo

Estiró su mano y por primera vez en veintiun días sentí la vida entrando a mis pulmones. La esperanza de ver a mi hija de nuevo me llenó por completo y agradecí sentir los rayos del sol acariciando mi piel. Lloré de alivio en una especie de desahogo al pronunciar la única palabra que podría sanar mis penas y refugiarme del dolor, de la desesperación, de los deseos de darme por vencida...

- SANTIAGOOOO!!!!!

...

Los últimos días venían siendo intensos debido a la cantidad de información que lograron filtrar, entre toda una maraña de mentiras, desde romances falsos, cosas que nunca dije, propiedades que no eran mias, lugares a los que no fui e incluso un incidente con unas resentidas que me acosaban. Me faltaba tiempo para ocuparme de todo a la vez. Por si fuera poco, los miembros de la secta comenzaron a hostigar a mi familia: esperaban afuera del colegio de Luciana y Benjamín para perseguirlos e intimidarlos a ellos y a mi hermano y mi cuñada. El solo hecho de que trataron de acabar con la casa de mis padres fue inaudito. Yo era un fuego andante.

Lo único que podía, de alguna forma, mantenerme apaciguado eran mis niños. Ahora pasaba más tiempo con ellos debido a que no podía aparecer en público. Alma me seguía a todos lados, no se separaba de mi en ningún momento, lloraba si me alejaba siquiera unos metros