XXIV (+18)

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Unos días después estaba acostada con Alma en la cama, dándole la mamadera para ir a dormir, andaba relajada luego del baño así que tendría una noche muy linda. Me dormí con ella cerca de las 8 de la noche. Menos mal la mamá de Santiago me acompañó a la estética en la tarde sino jamás habría podido arreglarme las cejas o hacerme el corte de pelo y tintura

Sonó mi teléfono insistentemente y respondí aún dormida

- Señora Patricia, buenos días - supuse que era ella-

- Soy Caputo y son apenas las 21

- ¿Qué pasó?

- Nos llamaron a todos, tenés que venir, hay un asunto con el recorrido del desfile

- En serio?

- Si, vení por favor

- Está bien. En 30 estoy ahí, Santi

- Gracias, se que estás cansada

- Te vas a tener que venir a casa conmigo para compensarlo

- No es mala idea

Me levanté y me puse un jean ajustado, todos los demás estaban sucios. Una musculosa blanca, un suéter de lana, zapatillas, una campera negra a la cintura y una bufanda blanca.

Preparé el bolso con las cosas de la bebé: pañales, toallas húmedas, un cambio extra de ropa, abrigos, la fórmula, mamadera y un juguete. A ella le puse un pantalón y suéter sobre el pijama, medias abrigadas, un gorro con orejas de osito y una campera de pluma. La acoste en el huevito junto con un peluche y bajé con todas las cosas para acomodarlas en el auto.

Me metí un chicle a la boca y conduje a la Rosada. Por suerte las luces me despertaron del todo y Alma dormía a gusto en el asiento trasero

Me abrieron la reja y estacioné al costado de la entrada de atrás. Había muchos periodistas y gente grabando y tomando fotos

Me bajé del auto y tomé a la bebé en brazos, se despertó y la volví a sentar, le di su muñeco para ganar tiempo mientras llenaba la mamadera con agua mineral. Puse un pañal, las toallitas y un taper con leche en polvo en mi bolso del trabajo y me lo puse al hombro, alcé mi hija ahora ya más calmada y caminé mientras me llamaban los periodistas y yo los ignoré.

Todos querían conocer a mi bebé, sabían a la perfección cómo había llegado a mi vida e insistían en que les cuente de eso. Eran morbosos

Llegué a las escaleras y salió Santiago un poco alterado. Tenía que hacerse el malo conmigo al menos un tiempo más

- Qué haces, Ruiz? Te dije que esto no es guardería! -me detuve a la mitad de los peldaños- Hola mi amor, mi nena preciosa! Perdón por hacerte venir tan tarde, bebé -le hablaba tierno solo a Alma y le sonreía-

- Sos conciente de que estamos en vivo?

- Si -me miró y puso cara de culo- Anda a resolver eso que tenés y después nos escapamos

Me dejó terminar de subir las escaleras y le hizo caras a la bebé y la saludaba con la mano. Ella le extendió los brazos entre risas y dejé que vaya con él

- Qué querés apostar a que el graff del noticiero dice " Caputo, papá baboso" ?? O "Papá garrón" jaja

- Jaja van a enloquecer las minitas -besó a Alma en la mejilla- pero porque te viniste con esa ropa. Deben estar todas puteandote ahora -me miró el culo-

- Record de suicidios está noche. No te cansas de hacerme el trabajo más difícil? Jaja Pensé que querías que te vieran como un hombre malo

Entré por la puerta de vidrio y el me siguió

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