IX (+18)

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Calenté un poco de la lasaña del almuerzo y la comí en el living viendo televisión. Tenía ganas de ver una película romántica así que me acomodé en el sofá, buscando algo para distraerme, pero mis pensamientos seguían regresando a él. Cada título parecía traer consigo un recuerdo de su sonrisa, su risa, su manera de sostener mi mano. Me decidí por Orgullo y Prejuicio

Terminé de comer y fuí al baño a lavarme los dientes y me saqué la ropa para ponerme el pijama. No podía quitarme a Santiago de la cabeza. Miré en el espejo el collar que me había regalado y lo acaricié. Ese hombre era increíble, podía hacerme perder la razón.

Entré a mi habitación semi desnuda y me recosté en la cama un momento . Encendí la tele tratando de recuperar un poco de  cordura pero fué en vano. De un momento a otro me encontré acariciando mi cuerpo de arriba a abajo y apreté mis senos para luego retorcer mis pezones.

Cerré los ojos recordándolo y me toqué hábil la entrada, suspiré y moví mi mano más rápido provocando que mi cuerpo se sacuda en el dulce recuerdo de su cuerpo desnudo sobre el mío.

El sonido de la televisión se desvaneció mientras me sumergía en los recuerdos de éstos días , anhelando su presencia más que nunca. Susurros de nostalgia se mezclaron con el zumbido constante del televisor, y me encontré deseando poder retroceder en el tiempo para volver a sentir su calor y su amor una vez más.

Me levanté y busqué desesperada en el cajón del tocador, algún juguete. Algo que pueda acercarme aunque sea un poco al placer que siento sólo cuando estoy con él
Elegí el vibrador rosa doble de conejito. Volví a la cama y me saqué la ropa interior. Ojalá Santi estuviera aquí. Comencé a buscar el placer con mi vibrante amigo, ese que me acompañó tantas veces en las noches solitarias. Lo inserté en mi interior casi errática y me moví en él varios minutos, mordiendo mis labios y apretando mis senos.

De un empujón, me arrodillé en la cama y aún con el vibrador adentro tomé una almohada y la enrollé lo más que pude y la posicioné entre mis piernas para montarla hasta encontrar el éxtasis que tanto ansiaba. No tenía idea de lo que estaba haciendo Santiago así que tomé mi celular y grabé un vídeo  gimiendo y gritando su nombre para enviárselo.

Finalmente froté mi sexo hambrienta de acabar como con él pero nada, ni el vibrador me llevaba cerca del placer que solo Santi podía hacerme sentir. Cerré los ojos con fuerza, evocando la imagen de su rostro mirándome de cerca, sonriendo ante mis suspiros, y exploté. Mis oidos quedaron inservibles al taparse mientras sentía como se mojaba la cama y me relajé sosteniendo el dije que colgaba de mi cuello.








...




POV SANTIAGO

Dejé a Juli en su casa e iba en el Uber camino al hotel pero le pedí que regresara, inventé una excusa absurda y el conductor accedió. Me bajé una cuadra antes y caminé en la noche hacia la casa de mi amada. Debía seguir con el plan, hasta ahora no sospechó nada. Creía que fue una coincidencia el haberla encontrado.

Me detuve bajo la sombra de un árbol y vi que tenía las cortinas abiertas. Me quedé impaciente esperando a que aparezca cuando de repente la vi entrar a su cuarto semidesnuda y se recostó en la cama. Lo que ví a continuación fue inexplicable, pues comenzó a masturbarse hábilmente, y estaba casi seguro de que era pensando en mí. Se puso de pie y volvió a la cama con un curioso juguete, y observé casi con idiotez cómo se movía sobre una almohada. De repente mi pantalón comenzó a incomodar y luego de asegurarme de que no había nadie en la calle mirando me froté la erección. Verla así me exitó mucho, era completamente nuevo masturbarme así. Me obsesioné al verla grabandose.
Mi trance se interrumpió cuando sonó mi celular y tratando de silenciarlo abrí un mensaje . Era un vídeo que sin dudas iba a guardar en favoritos.

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