XIX(+18)

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- Si, Patricia, acabo de llegar a casa. Gracias por estar tan atenta

- La verdad gracias a vos por haberte quedado hasta que se terminaron los disturbios. Lamento que hayan querido agredirte en manada

  - De verdad estoy bien. Mañana te entrego el informe con las fotos así calculan el total de los daños valuados en pesos

  - Por favor, vos sabés que hay que hacerlo rápido a eso

  - Si, no te preocupes. Hasta mañana

  - Hasta mañana, Ruiz

Colgué la llamada y respiré hondo para dejar salir un gran suspiro. Finalmente habia terminado el día de la marcha y estaba en casa. Puse llave a la puerta de entrada, dejé mis botas a un costado del pequeño recibidor y dejé las llaves en la mesita que estaba contra la pared a mi izquierda.

Fui directamente arriba a dejar el bolso en la cama y me dirigí al baño a largar el agua para llenar la bañera. Necesitaba relajarme del todo así que prendí unas velas con aroma a canela y manzana verde. Puse música y me desnudé para dejar mis prendas en el cesto de ropa sucia y me quedé viendo un moretón que me hizo un piquetero en el brazo con un caño. Revisé el resto de mi cuerpo y el corte en la cintua que me hizo una convicta hace dos días mientras intentaba entrevistarla estaba cicatrizando bien, al menos dejó de sangrar,  por suerte me atendieron rápido en el hospital

Me lave la cara y volví al cuarto a buscar una toalla para bañarme.

De pronto sonó el timbre y rápidamente me puse la bata que colgaba en la puerta del armario y bajé a atender. Vi por la mirilla y era un delivery de comida

  - Hola, buenas noches

  - Hola, usted es la señora Ruiz?

  - Si, soy yo  -Señora?-

  - Vengo a entregar su pedido.  -me dió una bolsa con una caja. A decir verdad olía delicioso-

  - Yo no encargué nada

  - Yo solo hago las entregas. Ya está pagado

  - Ah, bueno. Muchas gracias
 

Cerré la puerta y desconfíe un poco, fuí a la cocina para dejarla en la mesada. Comería luego del baño, mientras terminaba los pendientes. Prendí la luz y en la mesa había un arreglo floral. Me dió mucho miedo.

Puse la bolsa a un lado y lentamente tomé un cuchillo de la mesada. Recorrí toda la casa de arriba a abajo e incluso salí al patio y no había nadie. El frío viento de abril subió por mis piernas y quiso llevarse mis vestiduras pero las sujete bien. Miré en el árbol del cantero y no había nada, tome una linterna y subí a una escalera exterior de emergencia y alumbré el techo. Nada. Nadie

Volví a la cocina y leí la nota

"Espera en su santa voluntad; no te impacientes a causa de los malignos. Porque como hierba, pronto serán cortados, Y como la hierba verde se secarán"

Eso era un salmo...

  -Ay enloqueció de nuevo...

Tomé una botella de vino y una copa y la llevé arriba. Fuí por mi celular a la habitación y revisé las cámaras para confirmar mis sospechas. La de afuera captó a Santiago con el ramo en la entrada. Observé la fecha y la hora, faltaba un minuto y medio de grabación dentro de la casa. Ese infeliz tenía acceso a mi red de seguridad...¿quién se creía el estúpido ese? Me asusté porque le había agarrado el gusto a andar semidesnuda por la casa las últimas semanas... ¡ Qué vergüenza, seguro me vió masturbándome el otro día!

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