Media noche, podría decirse que los murmullos de la planta baja no acabarían luego. Y aquello me frustraba de una u otra manera. Tenía tanto que hacer fuera de casa y me venía amargando la noche aquí en mi habitación, y no sola.
Maldita sea.
Gracias a que mi madre tenía uno que otro trapo en la cochera, el niño adinerado pudo dormir cómodo, en el suelo. Tiene que agradecer que le fue muy bien. Uh.
Vaya trama que se había hecho mi madre, por ningún motivo movió mi cama, y eso no me agrado de ella, comenzaba a notarme en casa, mas que nada mi opinión, que les puedo decir.
Tenía la esperanza de que por lo menos me reclamará algo para poder salir corriendo de casa a dónde tenía planeado. Pero no, tan sumisa era ahora que su comportamiento me enfurecía por completo. ¿Lo hacía con toda la intención, cierto?
Todo me enfurecía últimamente y tengo entendido por qué, pues mis planes ya no se llevaban a flote, últimamente todo me salía mal. Pareciera que la vida me estaba dando completamente la espalda, y quiero decir, siempre lo hacía, pero joder, se estaba pasando.
Observo desde mi cama las estrellas que la vista de mi ventana me brindaba. Podía oír como los carros pasaban por la calle, como los perros callejeros aullaban como si fuesen a matarlos. Me reprimí por no estar allá fuera, pataleé en mi cama haciendo un ruido mudo entres mis sábanas y el colchón. Estaba furiosa, ¿ya lo había dicho?
— ¿Podrías callarte? Dios, eres muy ruidosa — la voz del chico debajo de mi cama, en el suelo, me hizo reír de por medio. ¿Quién se cree para darme órdenes, cuando está en mi habitación? Debería de enseñarle lo que de verdad se hace aquí.
Escuché como las sábanas se movían, señal de que se estaba cubriendo con ellas hasta la cabeza, queriéndose deshacer del ruido. Ni una mierda, si yo no soy feliz aquí, nadie lo será.
Pataleé de nuevo solo para molestarlo y lo escuché gruñir por lo bajo. Esperé a que saliera otro reproche de su boca, pero me equivoqué, y justo cuando lo planeaba molestar de nuevo mi móvil sonó.
Me quité de encima las sábanas que cubrían mi cuerpo y rápidamente tente con mi mano la mesita de escritorio. Sin querer y por descuido hice un mal movimiento y mi móvil cayó al suelo.
—Mierda.
—Santo cielo— se quejó de nuevo—. ¡Apaga eso, niña! — gritó molesto, sin siquiera salirse de su embrollo de telas. Lo ignoré por obviedad y sentándome en la cama busqué el móvil entre mis pies, teniendo en cuenta que mis manos son algo largas no me costó trabajo estirarlas y hacer mi labor.
—¿Cariño? —conteste luego de deslizar mi dedo en la pantalla. Escuché su voz del otro lado de la línea y sonreí como una tonta por sus simples encantos al hablar.
Taehyung.
—¿Dónde estás? ¿Qué ha pasado? — el tono de su voz me hizo estremecer, sus palabras tan finas me hicieron creer su preocupación. Sonreí aún más cuando preguntó por mi ausencia. Observe si el invitado no tan invitado en mi habitación se había puesto al tanto de lo que hacía, y no, el seguía en su sueño.
—Ha pasado un problema, Taehyung — le dije con aquel tono triste, ya que de verdad lo estaba, quería pasarla con él como siempre, estar a su lado y disfrutar de sus besos. Pero no, justo ahora tenía que estar fingiendo un sueño de zombi—. Me han cancelado la salida — espete algo molesta
—¿Qué te han qué? No me jodas, amor. Hemos planeado esto desde hace tiempo. —el tono de su voz había cambiado a enfado, y tenía derecho. Lo oí suspirar molesto varias veces mientras escupía aquello.
Traté de arreglar las cosas con mi voz linda y de lo más culpable
—Lo sé, cariño— repuse de inmediato. Tratando de no hacerlo enfadar más—. Pero tengo visitas de improvisto...
—¿Visitas?
—Sí.
—¿Qué tipo de visitas? —pregunta.
—Familia de mi padre, cosas sin importancia. — masculle por lo bajo.
—Si no son tan importantes, baja por la venta— habló sin pelos en la lengua y maldije una y mil veces que dijera aquello. Por qué si no cumplía lo que decía, me iría mal, muy mal—. Estoy a una cuadra de tu casa, te espero, quince minutos, no más Sougn— y segundos después escuché el sonido repetitivo de una llamada terminada.
Bufé por lo bajo, jalando de mis cabellos varias veces, eché mi espalda de nuevo a la cama dejando que mis ideas salten alternadamente.
No lo pensaría más. Me levanté en un brinco de la cama y tratando de no pisar al chico busqué ropa en mi armario, el cual estaba frente a él. Traté de abrir sigilosamente el armario para no despertarlo y me echara de cabeza, victoriosamente no lo desperté.
Proseguí a buscar algo atractivo para el momento, no debía tardar mucho así que tomé lo primero que vi; una falda de cuadros rojos que solamente cubría hasta mis muslos, una blusa blanca que llegaba hasta un poco más bajo de mis Bustos. Los tenis blancos y ya. Estaba más que planeado.
—¿Qué haces?
Casi se me sale el alma por la boca cuando escuché su voz de tras de mí. Me tranquilice mentalmente lista para encararle y decirle que no era de su incumbencia lo que hacía. Pero cuando me arme de valor para girar y verle, sus manos tomaron mi cintura con autoridad dejándome atónita a cualquier movimiento.
¿Qué carajos?
Sus manos se frotaron en mi cadera sutilmente mientras yo me tragaba los gemidos en mi boca, por qué lo hacía con tanto esmero. No tardó mucho para que sintiera su pecho en mi espalda con esa respiración alterada, con brutalidad me pegó a las puertas del armario haciéndome chillar por lo bajo. Mis manos se interpusieron antes de propagar cualquier golpe.
No intente quitarme de su agarre, ni mucho menos escapar. Era tan satisfactorio sentir como sus manos recorrían debajo de mi blusa, era tan diferente a como lo hacía Taehyung y se sentía tan bien.
Tan cómodo.
No tardó en empezar a degustar de mi cuello, dejando besos húmedos por todo el lugar en donde rozaba sus labios, se sentía bien. Se sentía tan bien como nuevos labios tocaban una pequeña parte de mi piel. Cuando sentí su respiración rozando mi oído me di cuenta de que los besos habían parado pero el agarre aún seguía.
Lo escuché gruñir por lo bajo cuando sus manos querían meterse aún más debajo de mi blusa.
—¿A dónde quiere escapar por la ventana la niña buena de casa?
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Hoseok; INC3ST0 ✓
Fanfiction(RESUBIDA) » El amor no se mide cuando se trata de sentirse. La circunstancias se dan cuando el sentir de dos cuerpos se unen. Hoseok un gran detective y..., también un gran idiota que sólo busca seguir la estúpida figura espontánea de su padre. Tae...