Hoseok; INC3ST0 ✓

CAP 23

El karma existe. Y no importa si le huyes, él te encontrará y te hará pagar las mismas que has hecho.

—¿Por qué lloras? —un latigazo en la espalda mojada hizo que chillara hasta que la garganta me doliera.

—¡Maldición! ¡No la toques! —su voz era lo único que podía articular, sus ruegos eran lo que me hacía volver al infierno donde nos encontramos, no podía abrir si quiera los ojos ante mi inconsciente estabilidad. Añoraba ver esos hermosos ojos que desgraciadamente me tarde en ver lo bellísimos que eran, en lo mucho que brillaban mientras me admiraban—. ¡Joder, por favor, ya no la lastimes! ¡Golpéame a mí, pero a ella no la toques! ¡A mí, joder, a mí! ¡Deja a mi pequeña, por favor! —su voz se rompió al no poder hacer nada, sus súplicas fueron en vano en cuanto recibí en segundo latigazo en mi espalda, las cadenas que lo ataban me dejaban en claro que él estaba muy inquieto.

Entonces fui ahí, donde sentí aquellos infernales dolores en el vientre bajo, como si fuesen tendones rompiéndose en millones de pedazos, como si algo de mi haya muerto, y sin decir más, sentí como la sangre resbalaba por mis piernas.

Estaba embarazada, y no lo sabía.

Lo siento tanto Taehyung, lo siento tanto.

El silencio era lo único que se establecía entre nosotros, la incomodidad penetraba

hasta mi más pura alma. Está decepcionada de mí misma, ¿cómo no pude darme cuenta de lo que vivía en mi interior? ¿Tan difícil era preocuparse por sí mismo?

—Ya no llores... No es tú culpa. — sabía que también le dolía, pero se preocupaba por mí ante toda costa. Cuando notó la sangre en mis piernas sus ojos me observaron, y ese gran recuerdo permanecerá en mi corazón por el resto de mi vida. Gritó y chillo como nunca antes, y por más que trató de liberarse de las cadenas para venir a mí, no pudo.

No estuve a su alcance. Y ahora estábamos aquí, solos y sin cadenas que se nos interpusieren a estar juntos. Más, aun así, no estábamos unidos.

—Lo es, es mi culpa — no le doy la mirada, no le busco si quiera, no quiero ver Su rostro de desprecio hacia mi persona, no quiero que me odie por todo esto—. Si yo me hubiese dado cuenta de que tenía un be...

—No—me corta, y por su voz demandante sé que tengo que callar. Tiemblo en mi lugar y no necesariamente por los golpes que he recibido en todas las partes de mi cuerpo, tiemblo de miedo a que me deje, porque honestamente, él, es lo único que me queda en esta vida—. No es tú culpa, ni lo pienses Soung, no es tú maldita culpa, por favor, no digas eso.

Mi inestabilidad emocional comienza a fallar y mis lágrimas se ven sin chistear. Estoy perdida, tanto en mis emociones y sentimientos, en mis culpas y lamentos, tal vez merezca esto después de todo, esta es la paga por mis acciones.

Pero Taehyung no lo merece, él no.

La tranquilidad inunda mi cuerpo cuando siento su fragancia natural inundar mi cuerpo débil, sus brazos caen por mi espalda y hace que mi rostro se esconda en su cuello, me abraza, y no es un abrazo de los que suele darme siempre, no, este abrazo comparte el mismo sentimiento: dolor, tristeza, sufrimiento, perdida.

Hemos perdido algo que no sabíamos que ya teníamos.

Éramos unos completos imbéciles queriéndonos comer el mundo, eso era, éramos una patraña humana. Un dolor para este mundo, un estorbo y punto.

La felicidad no entraba en nuestra vida.

—Perdóname, lo siento mucho. —mis sollozos paran en su cuello, escucho como suspira y retiene todo su dolor para no verse débil ante mi—. Yo no lo sabía, de verdad que no lo sabía...