CAP 30

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-Alguien que me recuerde, ¿por qué carajos estamos aquí teniendo mejores armadas en otros mejores lugares?

-Cierra la boca Seok Jin y corre más rápido. ¡Deprisa que no tenemos tiempo!-y esa voz es de Yoon Gi quien le grita sin enojo y mientras toma de la mano de Yeri para llevarla más rápido, ella no dice nada y tampoco veo que esté dispuesta a soltarle, de igual manera que yo; no voy a soltar la mano de Taehyung.

Mis pies duelen, pero no es hora de quejarse, Nam Joon corre detrás de Seok Jin cubriéndole la espalda y Taehyung y yo, corremos detrás de los principiantes: Yoon y Yeri.

Éramos un equipo y el equipo jamás abandona.

Las manos de Taehyung están repletas de sudor y el agarre es algo torpe, por suerte nuestros dedos se acoplan tanto que parece que fuesen hechos para encajar perfectamente bien. Ahora que puedo notarlo, desde que salimos de nuestro hogar para planear rápidamente todo este embrollo, mi querido Taehyung se mantiene callado y serio como si algo le incomodase, con aquel rostro hecho una confusión de ideas de las cuales no puede decidirse, no entiendo que es lo pasaba por su mente, no había hecho halagos a mi persona como siempre ni mucho menos me había soltado palabra alguna sobre el ataque para tranquilizarme y juro que algo llamado «dolor» corre por todo mi cuerpo alertándome de algo que no está bien, porque él no es así. Y muy mí parte y subconsciente dice que debo de preguntar qué pasa, ya que no siento lo mismo que siempre; tranquilidad y amor volando por los aires, eso que no había creído que me hiciese falta: paz. Y presiento que hay algo que hablar entre los dos.

Discutir se acomoda mejor en toda esta intensidad del momento.

¿Sabrá él que Hoseok es mi hermano y que no le dije nada sobre ello? ¿Estará molesto por qué se lo estuve ocultando todo este tiempo?

Jungkook pudo haberle dicho ya todo y no le culpaba de algo o echaba en cara nada, ¿cuánto más iba a ocultárselo? Aunque no quisiera abrir la boca, debía de decirle cual fue la razón principal de todo esto, decirle por qué quería salir huyendo de casa. Debía aclarar porque el detective Hoseok nos había tenido de rehenes en ese lugar, debía de explicarle el por qué Hoseok quería venganza. Porque honestamente si hubiera querido hacer justicia, nos hubiese encerrado detrás de las celdas desde hace mucho tiempo.

Nadie sabe a qué viene detrás de nosotros Ann Hoseok, lo que todos mis amigos piensan a excepción de Jungkook es que, Hoseok viene detrás de nosotros porque somos un problema para el mundo, el narcomenudeo y la trata de blancas no es un empleo ni algo que le dé beneficio a la sociedad. Y por aquello él quería acabar con nosotros, porqué, digamos, nosotros somos para él una piedrita en el zapato, una muy grande y con una puntita que le lástima el talón cada dos segundos.

Pero no, desgraciadamente no viene a eso, tal vez sí, un cincuenta y cincuenta. Pero está jodida vez no, él me quería a mí. Cómo regalo y trofeo para papá porque los dos eran unos estúpidos machistas buscando arruinar la vida de los demás. Eso creí hasta ahora.

En esta ocasión podría matar dos pájaros de un tiro y eso no nos beneficiaba a ninguno. Estaba arruinando los planes de todos, estaba siendo un problema para el futuro de nosotros. Y desgraciadamente todo esto caía en mi responsabilidad y conciencia.

Era tarde, las nubes rodean al sol y parece querer llover dentro de poco, las cosas no pueden ir peor. Un edificio frente a nosotros es lo único que queda para matar a la segunda armada de Hoseok y acabar con esto de una buena vez. Para poder seguir con nuestra miserable vida y satisfacernos con el dinero que se gana de mala manera.

En fin, esta era la vida que nosotros habíamos elegido y que nos había costado un ojo de la cara.

El edificio abandonado donde antes solíamos enmendar a las chicas pequeñas para tenerlas a nuestras manos. Taehyung las envolvía deliciosamente con besos y caricias mínimas, aquí las traía luego de decirles palabras dulces al oído que otro chico jamás se las dijo, las hacía sentir amadas y perfectas. Y siendo honesta; me encantaba ver cómo aquellas mujeres y niñas caían rendidas a los encantos de mi novio, a sus simples caricias tan mínimas y sin amor, a sus besos amargos sin sed de querer más, a esas palabras llenas de falsedad y mentira, aquella capa de desolación por falta de amor en su alrededor era lo que nos ayudaba en demasía.

Hoseok; INC3ST0 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora