CAP 25

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—Hermano...

Puedo ver a lo lejos como Yoon Gi maldice en voz baja en uno y mil idiomas la presencia de mi inquieto y bobito novio, que puedo decir, en ocasiones es muy castroso. Y debo de admitir que necesita y requiere la atención de un niño cuando se lo propone.

En ocasiones Taehyung pone una de sus mejores facetas a mi vida, una de las facetas más extrañas pero lindas de él, me satisface saber que estamos logrando dar un gran avance y que no solamente somos lo que éramos hace unos meses (pareja de sexo) para mí así lo era, pero creo que Taehyung comenzó a tomarse toda nuestra relación muy seria desde que me lo pidió, pero puedo decir que por fin logre asentar cabeza después de todo.

Antes de contestar, se acomoda en su lugar listo para echar a pie una plática sin sentido, me hundo más en el sofá para ver la mejor escena que ni una televisión de paga me puede otorgar un fin de semana. Yoon deja de teclear en el ordenador y lo deja encima de la mesa que le queda a un costado, y presta su atención por completo a mi chico que sigue en pijama desde hace un buen rato.

Que puedo decir, era hora de tomar un descanso, Joon había salido a hacer algunas cosas a un lugar nuevo y Jungkook había salido con su chica, que después de todo comenzaba a amar y no solo a admirar por su cuerpo bello y esbelto, puedo admitir que me costó demasiado echarle a andar esa cabecita hueca que tiene, pero las cosas resultan mejor para ellos, y eso me alegra.

—¿Y ahora qué quieres, Taehyung?— arrastrando la voz le preguntó, estaba cansado de estar lleno de trabajo y Taehyung solo le ayudaba con unas cuentas bancarias dónde se deposita la mayor parte del dinero ganado mientras cuidaba de mi salud, que claro, Yoongi Gi le obligaba a estar conmigo un noventa y nueve por ciento del día.

Sonreí para mis adentros en mi lugar y me esmero en que me sientan mi descarada manera de burlarme de ellos.

—Soung acaba de rechazar mi libro de poemas. —se queja ante su mayor y al instante siento como dos pares de ojos me juzgan sin prejuicios, sé muy bien porque razón lo rechace, lleva más de dos horas leyéndome algo que escribió cuando era pequeño y que editó hace unas horas.

—De seguro Soung no sabe apreciar el arte de tus palabras plasmadas en un libro, anda, que yo te escucho. — por primera vez en la vida, mi amigo me sorprende, quedo de boca abierta y ojos cuadrados cuando le da el tiempo que se merece a Taehyung, aunque la paciencia le va a durar poco, eso está más que seguro.

Mi novio se acomoda feliz con aquel brillo en los ojos en su lugar y su sonrisa se expande al saber que será escuchado, desliza sus dedos por la parte firme de su libro y con delicadeza abre las compuertas de su paraíso, el que él mismo creó.

Un sonido agudo se muestra cuando abre el libro lleno de hojas pegadas por el mismo, hecho un desastre.

—Bien... —se gira a verme rápidamente esperando mi aprobación, pero entonces frunzo el ceño y Yoon Gi lo nota, Taehyung gira a ver a su amigo y este le sonríe—. Prométeme escuchar hasta el final.

Y sin saber el error que comete, Yoon Gi lo promete. Siendo el mismo quien alza una de sus manos a la altura de su rostro para mofarse de las palabras mágicas.

—Lo prometo.

—Aquí voy— hola mal humor de Yoo Gi, Taehyung aclara su garganta y lame de sus labios con delicadeza dejándoles aquel brillo único—. Todas las mañanas son como fresas, sin dulce y sin cerezas.

—...

—El sol ilumina mi rostro como una sandía en trozos.

—...

—Me siento feliz como una lombriz en pleno París.

Para ese entonces; mi amigo tiene cara de no haber follado por años, de ser un virgen de primera y de tener artritis en los dedos. Sus ojos no se encuentran con la mirada de mi novio quien está esperando la máxima aprobación del chico que tanto adm...

—¡Oye!— pasitos andando y manitas jugando—. ¡Me prometió escuchar hasta el final!

Yoon Gi toma su ordenador portátil en manos para pasar rápidamente a mí costado huyendo de aquellos poemas tan inspiradores y lindo que mi chico escribió con dedicación, creo que el no trabajar le está haciendo daño. Min Yoon Gi está a punto de salir de la habitación donde estamos sin antes darme una mirada asesina, como si yo tuviese la culpa y en gran parte, la tengo, lo admito, pero también le miro de la forma más repugnante posible sin quedarme atrás para ofenderle.

¿Qué tanto le costaba escuchar a Taehyung un momento cuando yo lo hice más de dos horas?

—Según Soung, mis metáforas y poemas son incomprensibles. —

Taehyung chilla como niño pequeño al ver que su Hermano está a punto de irse, y así es, Yoon Gi está a punto de poner un pie fuera de nuestra habitación pero siendo tan él, se gira a verle con dolor y desaprobación, como si lo que acabamos de escuchar fueran ladridos de perros siendo cortaditos en pedacitos.

—¿En serio?— Taehyung asiente rápidamente moviendo su cabeza, sus manos abrazan su libro y espera a que su Hermano le diga algo que le ayude a salir del tremendo colapso mental—. Pues déjame decirte algo, Taehyung. Cómo soy complaciente contigo quiero decirte que...

—¡Ni te atrevas!— le apunto con mi dedo índice antes de que lástima y hiera a mi muñeco de marfil.

—... estoy triste como un coco. Agrega eso, Taehyung.

Momentos de paz antes de que llegase el infierno.

Hoseok; INC3ST0 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora