CAP 14

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¡Maldición! Debía correr, aunque los tacones no dejarán de sonar por las calles, debía huir. No tuve la oportunidad de ver si aquel chico me seguía, no tenía pensado mirar atrás. Tenía que huir.

Taehyung voy a matarte.

No sé cuánto tiempo seguí corriendo hasta que choqué de nuevo con un cuerpo grande. ¡Genial! Hoy era día de chocar con todos, para mí suerte, está vez no caí al suelo ya que el golpe no había sido nada fuerte.

—Soung—cuando oí su voz me tranquilicé, había vuelto a respirar con normalidad a pesar de que había corrido como en un maratón-; Dios mío, ¿estás bien? ¿qué ha pasado? ¡Respira!

—¡Taehyung!— había dicho su nombre pensando en el peligro que debería estar corriendo, no estaba frente a mí, pero quería verle, por primera vez, quería verle y saber si está bien.

—¿Taehyung? ¿Qué pasa con él? ¿Dónde está? — el chico frente a mí me tomaba de los hombros para hacerme salir de mi trance, ¿cómo que no sabía dónde estaba mi novio? ¡Santo cielo! ¡Él debería saberlo!

—¡No lo sé! — le grité zafándome de su agarre, me sentía débil y no sabía si era por correr tanto o por la desesperación.

—Tranquila— apenas dijo, me observó preocupado notando que algo me pasaba. Él más que nadie conocía mis miedos–; no sé qué pase ahí dentro, pero tranquila, de seguro han ido por unos tragos. — dijo para calmarme.

Más sin embargo yo sabía que algo andaba mal. Había visto hace unos minutos a un agente, policía o lo que sea que fuera dentro de un bar el cual solo es para narcomenudistas. ¿Tranquilizarme? ¡Eso era lo último que pensaba! Si alguien descubría nuestro intercambio de mercancía, iban a jodernos.

Me arme de valor, respire hondo y tome mi cuerpo con fuerza para no caer.

—Es una emboscada. — solté sin más, dejando a mí compañero boca abierta. Sus ojos se agrandaron un poco y su ceño se fruncía. —¿Qué? Déjate de bromas.

—¿Bromearía con esto? — siseo— Escucha; salí de ahí dentro por qué uno de los agentes me seguía ¡Había reconocido mi rostro! ¡Mi rostro! — hice énfasis en aquella palabra provocando que mi amigo retrocediera un poco–; ¡Estamos jodidos! Ahora no sé ni dónde carajos está Taehyung, los demás no están en su zona y tú te desapareces.

—¡Santo cielo! — gritó, pero lo ignore, no quería esa respuesta, quería una solución—. Para, y respira. No tienes de que preocuparte, de seguro los chicos están vagando por cualquier rumbo, Taehyung debe de estar ya con el líder del otro narcomenudeo, acabo de hablar con él diciéndome que ya tenía la mercancía lista ¡Joder, Taehyung debe de estar hablando con él! Soung cálmate. — sus palabras salían como un hilo de verdad, todo tenía sentido ¿Pero qué hay del policía? Eso sí que lo vi claro.

—Entonces—dije—, creo que soy una dramática, estoy asustada. Hace un momento vi a un agente, policía o lo que sea que sea. Dame explicación de ello. Anda. — le exigí con voz de mando sabiendo que él no tendría respuesta a esto.

Jin frunció el ceño, cansado de mí, cansado de esta noche—. Puedo explicar el asunto de los chicos, pero desgraciadamente, el policía no sé de dónde salió. Soung, estamos jodidos.

—Gracias, que tranquilidad.

—Hablo en serio.

—¿Me vas cara de comediante?

—Un poco— siseó—, pero Taehyung debe de estar en problemas. Voy a llamar a los chicos, espera aquí.

Y aquí fue donde Jin se alejó de mí para buscar en los bolsillos de su saco, el móvil. Lo escuché hablar más lo ignoré. Estaba preocupada por lo que podía pasar, por la mercancía que podíamos perder. Y sí, desgraciadamente por Taehyung.

Mi novio.

Jin tardaba hablando a mis espaldas mientras yo me burlaba de las personas que salían del bar, ebrios a morir. Es difícil entender cómo las personas se divierten de esta manera, pero ese no era mi problema. Cada quien se preocupa por resolver sus problemas, y ese, no era el mío.

Mis ojos pasaron a la entrada donde de ella podía ver qué salían dos chicas, las cuales llevaban vestidos descubiertos de la parte de los hombros y muy arreplegados a sus cinturas, sus tacones podían medir más de un metro si así lo querías. Venían algo asustadas. Detrás de ellas venían dos guardias guiándolas a lo que sería un auto.

¿Qué? ¿Esa no era nuestra mercancía?

—Oye, Jin.

—¡Soung, corre!

Jin pasó su mano izquierda por mí cintura para girarme mientras su cuerpo me cubría, me asusté cuando tapó mis ojos con su mano derecha, y luego de ello escuché un sonido fuerte que casi me revienta los tímpanos detrás de nosotros. Quería abrir mis ojos, pero los dedos de mi acompañante no me dejaban, y el humo comenzaba a darme en el rostro obstaculizando mi respiración.

Explosión. Una explosión.

¡Taehyung! 

Hoseok; INC3ST0 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora