Las cosas vuelven a su normalidad. Eso era lo habitual, debía de enfrentarme a la realidad que me azoraba diariamente, al fin de cuentas uno elige su propio andar, nadie te somete a adquirir y doblegar las malas decisiones.
—Voy a vomitar. — replico y mis palabras son arrastradas como si fuese un pobre pez siendo víctima de las olas del mar que lo llevan a la orilla a morir, esta es la segunda emboscada y voy tomando lugar como el acompañante de Jin, quien dicho hombre porta un taje fino, pulcro y perfecto, y les puedo confesar que aquello no me detiene el arruinárselo, soy tan valiente en dejarle una buena mancha ahora mismo si no baja la maldita velocidad.
Su cabello sedoso juega conforme el viento le pega por la ventana, la rapidez del auto hace que mi estómago quiera deshacerse por completo de mi desayuno, y su ceño fruncido provocando que haga un pico con sus labios carnosos, me preocupa.
—Ni te atrevas mujer— su voz suena amenazadora, y la escucho como si fuese una súplica, el volante en sus manos parece tener vida propia girándose de izquierda a derecha, siendo lo más honesta; el volante se burla de mi comportamiento erróneo—. Si no los pierdo de vista ahora mismo, no puedo parar el auto, por favor, contente un poco más.
Anima con su voz el ambiente, le obedezco sin doblegarme, paso con irritación una de mis manos a mi boca para contener las horribles ganas de regresar hasta los malditos espermatozoides que me trague ayer de Taehyung, mierda, voy a morir.
Jin pelea bruscamente con su misma voz, se habla en tercera persona mientras juega con el volante, le veo reír cuando tratamos de escabullirnos en un callejón estrecho donde sólo puede pasar el camaro de Taehyung, vaya que su idea de usar el auto de mi novio no fue tan mala. El movimiento al girar hace que mis ojos vean borrosos y comprendo que es por el aguante de la bilis subiendo por mi garganta, rozándola como navajas juguetonas en un hospital. Trago lo que parece querer salir de mi boca por segunda vez, mi agarre se hace más fuerte en el asiento y parece que esta es mi última vida que sin compasión ni delirio pienso usar.
El motor ruge una vez más con euforia, como si tuviese vida propia. Abro mis ojos con la ilusión de que todo haya acabado de una buena vez, pero no, la frustración es en demasía cuando noto que la calle baila en mi vista, pero entonces, aquella hostilidad de mi cuerpo vuelve.
—Seok Jin...— mi voz suena gutural y es la última advertencia para que pare el auto.
Mis manos hacen fuerza al sostener mi cuerpo una vez más, mi vista se nubla y las ganas de vivir se van, ¡que para el jodido auto!
—Soung...— su tajante voz hace que le miré con rapidez, el auto está quieto y sin más que agradecer abro la compuerta para hacer feliz a mi garganta. No me tome la molestia de buscar un lugar para deshacerme de todo el vomit...—. ¡Santo cielo, Soung!
No le culpo en nada, pero tampoco le presto la más mínima atención, halo de mi cabello para que este no se vea arruinado por mis delirios y me acomodo mejor en el asiento del copiloto, cierro mis ojos y no puedo parar de hacer que aquel liquido salga de mi boca, rozando zonas que no sabía que tenía en la garganta, puedo ahogarme ahora mismo, mis ojos se cierran y las fuerzas parecen querer volver. No tardo mucho y cuando termino de vaciar temporalmente todo mi almuerzo, respiro hondo y tomo fuerzas de dónde puedo. Me giro en el asiento y me echo en este como si acabara de hacer mil vueltas a una cuadra sin parar a respirar, la garganta me arde, como si el fuego se hubiese creado ahí mismo, mis ojos tiran de sus últimas lágrimas de esfuerzo y parece que estoy más despejada.
No digo nada, no abro la boca y no hago ningún ruido.
Y Jin tampoco lo hace y agradezco mentalmente por ello, me limpio la boca con la muñeca cuando he tomado el suficiente aire y seguido de ello, cierro la puerta del auto, tratando de fingir que aquí no pasó nada. Veo frente a mis narices que la calle está completamente sola y rezo para que los de la otra armada nos hayan perdido completamente.
—Ni una palabra a Taehyung de esto. — le señalo, ya que sé que es una boca suelta, no sabía que pasaba últimamente con mi cuerpo, y desgraciadamente no quería saberlo, no ahora que, según mis perspectivas; todo marchaba de maravilla.
Yo no podría estar...
Sus manos toman el volante de nuevo, y nuestras miradas están al frente. Siento como mi cuerpo vuelve a la vida cuando parece que se había desconectado, Jin enciende de nuevo el motor.
—Lo prometo.
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Hoseok; INC3ST0 ✓
Fanfiction(RESUBIDA) » El amor no se mide cuando se trata de sentirse. La circunstancias se dan cuando el sentir de dos cuerpos se unen. Hoseok un gran detective y..., también un gran idiota que sólo busca seguir la estúpida figura espontánea de su padre. Tae...