Entonces sin reservas, dije mi gracia
y fue llamada de tantas formas
que no puedo recordar escuchar
sólo sentir "un nombre".
Los dedos de mi mano izquierda
distraídos de un pecho a un ombligo
dime tu forma, decían
dime tu piel, dime tu sal.
Perdido entre lo hermoso y el placer
como las llaves que desaparecen
en un bolsillo roído y viejo
y regresan cuando se echan a lavar,
justo como esas mañas que se olvidan
cuando se cruzan con otras mañas
se mezcló mi sangre y mi silencio,
dejando en la lavada de los trastes
un papel viejo y arrugado
un día volverás a mí, decía.
Dalí del Exilio
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El habitante
PoetryColección de poesía con una mezcla de romanticismo, oscuridad, pasión y melancolía, algunos matices alegres se escapan, todo depende del habitante que ese día esté presente en mi mente llena de habitaciones, muchas de ellas, inexploradas. El habitan...