Un sueño

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De la complejidad en mi mente, te voy a contar un sueño, me gusta escribirlos para que no se olviden, algunos valen la pena. El de esta noche fue un caos entero. Estaba caminando por las calles de la ciudad, buscando algo que conscientemente no sabía que era, sólo sabía que tenía urgencia, porque todo alrededor estaba desordenado, las personas iban apuradas quien sabe a dónde.


Yo iba por la calzada de un elevado de la autopista, de pronto vi cómo se partió en dos, las motos que corrían por su canal caían al vacío, eran una multitud de motos cayendo con los conductores, me quedé de pie mirando, de pronto todo alrededor estaba gris, en el cielo se formaban nubes como si alguien con un pincel lanzara al aire la pintura, se cristalizaban y se armaban con puntas de hielo, los aviones se derribaban, miré al otro lado y los satélites también caían, en mi tranquilidad pensaba en que posiblemente el magnetismo de la tierra estaba fallando, pero no me tocaría, sabía que era un sueño y seguía buscando cada elemento como ver mi propia vida en 4D.

Decidí salir de allí, pero tenía que volver hacia atrás por el único hilo que quedaba de asfalto, viendo como todo se desintegraba, la lluvia cayó, pero eran lanzas de hielo que caían sobre las personas, angustiadas, desesperadas por huir, me preguntaba porque huían. Pensaba en que toda la información guardada de la tierra en los satélites sería tragada por ella misma.

Llegué a un lugar que estaba inundado, no podía ver lo que estaba debajo del agua que reflejaba todo como un espejo, caí al vacío en una alcantarilla repleta de agua cristalina y fría de lluvia, estaba dentro, no podía salir del agua, tampoco sabía si estaba nadando hacia abajo o hacia arriba porque la caída me desorientó, no me asusté y volví a pensar, estoy en mi sueño y puedo respirar. Seguí intentando salir, pero me cansé, me sentí tan cansado que en un punto sólo me dejé ir con el agua y cerré los ojos. Sentí un roce en una mano, abrí los ojos y era un bombero, me tomó la mano y me sacó. Seguí mi camino, entré a una habitación que tenía una cama, un escritorio y varias cosas regadas por allí, conseguí mi teléfono y escribí con dificultad mensajes a ella, quien se enojó y me regañó porque en lugar de estar en resguardo, andaba extasiada con todo lo de afuera, le dije, es mi sueño, no quiero pelear, mejor me despierto.

Dalí del Exilio

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