Vuelo erótico

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Supongamos que sí, soy un creador, uno de esos dioses de la pluma que resalta todo sin estudio de colores ni de trazos, más que caderas y cadencias.


Mujer que ata y masturba
algo más que la presencia
te amarras a mi como tu dueño
tu amo y tu señor.

Preséntame tus fronteras
que hago de ellas mis países
y planeo en tus pechos picos altos
de las cimas, mis conquistas.

Taconea en mis silencios
hazlos trizas, desenfúndalos
con tu cabello nieve
baña todas mis praderas.

Regálame tus ríos
los haré surgir de tus profundos
mares
me ahogaré en ellos hasta ser
pulmones que se hinchan.

Succiona mis sentidos
saciaré tus minas
harás brillar mis ojos
con el oro en tus secretos.

Sintetiza la furia de tus risas
con la delicada fuerza de un flamenco
y tus rosadas plumas en mi pecho
haré sangrar para beberte.

El amor y la locura
don tan bello,
enredado te dejo ir a mis infiernos
entonces te abrazas a mi
como si fuese el más dulce
el ángel más tierno.

Termina en mi regazo
deja toda tu inocencia
que soy el umbral de tus destinos
que en cien años
pasarán los viajeros por nuestra morada
y al ver el eterno por fin
reirán y contarán la historia
como si fuera la oreja perdida del pintor.

No, no soy tan luz,
no soy tan sombra
soy nada y soy nadie
aún con eso amada mía
serás en la historia lo que se cuenta
como se cuenta el extraño país
en el que no fuiste tu y no fui yo
porque siempre fuimos todo
lo que al alma le sirvió
únicamente para decir
que alguna vez
en este siglo
el otoño dejó a los cerezos
brillando y ardiendo para siempre.

Dalí del Exilio

El habitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora