Ahogado

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Aguas profundas,
el mar me llama
soy tan profundo
que me ahogo nadando
hacia abajo como el humo
hacia arriba como la corriente
hace mucho que la poesía
no viene, caprichosa
aplastante,
la que muchas veces me salvó
no encuentra como ser salvada
se quedó en un río olvidado
que subió como nube
cayó al suelo
hizo brotar lindas flores
alimentó árboles frondosos y verdes
recorrió la tierra
y fue absorbido por la sed.

Fantasía, ven a mi
déjate llevar como lo hacías
déjame encontrarme allí,
fuera de las cobijas de la nostalgia
arriba de la cama y no debajo de ella,
que encontré un motivo
para asomarme a mirar
fuera de las rejas.

Quiero que me cantes
una canción de verano
que no envenene mis raíces
soy el señor de las galaxias
donde explotaron los soles
y desaparecieron las enanas blancas.

Mi sombrero se fue a volar
justo donde lo encontraste
el negro, el de rayas, el de copa.
Tantas construcciones para los astronautas
¿dónde quisieras verme?
en la entrada del bar de las sombrillas
donde me encontró una de las muertes
en el de la 69
donde encontraba el único consuelo.

Cántame una canción de cuna
para dormirme en tus pechos
y soñar que me desdoblo
sólo para darte de a sorbos
un poco más de lo que ves,
así poder volver a escribirte.

Volver a ser de ti
ser ajeno a un cuerpo limitado
encontrar consuelo en el vuelo
donde tú y yo somos los mismos
la misma historia contada
de tantas distintas formas
déjame ser el misterio incomprensible
el secreto de tus fauces,
donde me dejas ser
para todos los olvidados,
como tú en mis pinceles.

Te dejé agonizar en tu nobleza
por decir lo que no quiero oír.
Aquí estoy rogándote,
vuelve a mi
así como te fuiste en la prosa,
en el suicidio sobre las piedras.

Dalí del Exilio

El habitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora