Más sueños

12 2 0
                                    

Voy a contarte otro sueño que te involucre en mi historia, tu que has venido acá a dejar pasar dos minutos de tu vida para sumarle a la cantidad excesiva de horas muertas que has dedicado a tus pensamientos, la única manera de mantenerme vivo en el tiempo, en el tuyo, en la vida, en la tierra, es contarte entre mis letras sueños que se te parezcan a los míos, eso hacemos los que escribimos, algunos no lo hacemos tan mal, pero esto es subjetivo.


Hasta aquí te he dicho tanto, a la vez no te he dicho nada, pero a ti que me lees quiero decirte una cosa, la única manera de no morir, no es vivir. Se puede morir de muchas formas, no porque respires estás presente. Mi sueño despierto siempre está en el mar, flotando como las olas, que con la corriente suben y bajan y se mezclan, así jamás vuelve a llegar a la superficie la misma ola. La elocuencia no es precisamente una de mis virtudes, si me dices que el cielo es azul, te lo voy a contradecir, porque resulta que el cielo no tiene ningún color, es un efecto visual, un efecto de la luz, no es un espejo, no guarda absolutamente nada dentro de si que nuestros ojos sin tecnología puedan ver. Los sueños son como el cielo, vemos lo que queremos ver, son una reflexión de nuestra propia luz, hasta aquí, te he involucrado en uno de los míos.

Despierto estoy soñando que estoy vivo, si parecen cosas de loco ¿verdad?, te voy a contar entonces un secreto que posiblemente también sea el tuyo: no tengo ni pequeña idea de como volar, entonces me imagino que me subo al lomo de un ave y me dejo ir. Procuro no dibujar imágenes de lo que veo, porque se supone que allí, en el cielo, nada hay, pero mi mente me engaña con lo conocido, me hace creer que paso de un continente a otro, de un país a otro por encima del mar, desde arriba el mar es el cielo, resulta que el mar es tangible, por tanto, más creíble.

Ya absorto en tantas pendejadas, es mejor que te deje ir, debe ser muy complejo involucrarte en mi mente, pero de una cosa estoy seguro... siempre vas a querer volver.

Dalí del Exilio

El habitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora