Amor droga

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Los retazos de mi cuerpo desmayado
intentan pintar con los dedos rotos
somos un saco de peso muerto
intento cargarme y peso tanto.

Hay algo que flota, muy tenue
una pequeña cosa que se me parece.
Un grano de mostaza amarillo y minúsculo
existente y borrado del trazo.

Me doy contra las paredes
de este amor droga
sin sobrenombres ni una silla
mientras veo la frente desgastarse
desollarse a sí mismo
y comerse.

Abro los brazos, brazos llenos de hojillas
intento abrazarme y corto mi pecho
quiero dejar de escuchar todas mis voces
apáguense, de mi y de todos mis habitantes.

No pido tregua ni auxilio,
no me interesa moverme al bar,
no me atrae la idea de las putas
ni las cosas que antes
de mi amor droga me hacían mover.

Soy libre contigo y cuando estoy contigo
soy libre de mí, siendo libre de mi
soy libre de nadie, donde el mar quiere tragarme
y la libertad no me merece.

Esa palabra que no me gusta escuchar
que poco suelo usar y me la guardo
para estos jodidos momentos en los que
fuera de mí no puedo gritar
maldice las mentiras que me sacaron de la tumba,
los juegos del engaño de la felicidad con cara de eterna
la vida que quedaba y se atoró de ilusiones.

Atraganto mis lágrimas con la máscara
amasijo sus formas como mi armadura
que se enfrío en los contornos
y por dentro arde mientras el fuego
ablanda sus moléculas y la mantiene pegada
al cuerpo que no puedo levantar del suelo.

Así es como dejé de ser un fantasma
y por fin, transcendí en un átomo.

Dalí del Exilio

El habitanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora