Dear Remus Lupin [Wolfstar]

23

In the bedroom down the hall

[What if I gave all I could  and I thought it was enough, and I find that it was not?Did I let you down? What else can I do? Everything I ever did, I did it all for youAnything to make you happy, anything at all.

Anything for my boy in the bedroom down the hall.]

......

Hope está aterrada por Remus pero se convence de que no puede estar encima de él todo el tiempo y decide dejarlo después de asomarse por cuarta vez a la habitación. Él la recibe con miradas curiosas pero comprensivas. Ni una sola vez le pide que se vaya.

Su quietud le resulta inquietante si es honesta.

La última vez que lo revisa, se fija en su pecho que sube y baja con ritmo uniforme; también en su rostro con algunos restos de lágrimas y su ceño ligeramente fruncido mientras ve a la nada. Es injusto, piensa ella, hace mucho tiempo que no puede ver el rostro relajado de su hijo.

Las preocupaciones inundan a Remus desde hace años. Es horrible, es como ver a alguien ahogarse sin poder ayudarlo. Y Hope a veces se culpa a sí misma hasta que recuerda que ella lo ha intentado, de verdad que sí.

Se ha esforzado para ayudar a Remus a pesar de sentirlo tan lejos. A pesar de que ve en los viejos álbumes de fotos a su pequeño y le resulta imposible reconocerlo ahora.

Hay una fotografía en específico, es de un halloween el año anterior a que el padre de Remus se fuera. Está vestido de Wolverine y tiene una sonrisa enorme con un hueco donde un diente de leche se le cayó días antes. Está enseñando las enormes garras de cartón que Hope se sacó de la manga dos noches antes.

Recuerda ver a su pequeño, tan feliz y valiente. No puede decir que ve lo mismo en él ahora. Se esfuerza por no llorar ante el mero recuerdo de ese niño feliz y no para de preguntarse si se equivocó en algo, si algo de lo que hizo no fue suficiente.

Piensa en Regulus sin poder evitarlo. Pudo ser Remus en su lugar y eso la aterra porque ¿cómo pudo no darse cuenta? Si bien, su hijo no le decía nada, ¿no es de conocimiento general que las madres siempre saben?

—¿Mamá? —Hay un toque ligero en la puerta de su habitación.

—¿Qué ocurre? —Se limpia las lágrimas y se sienta derecha en la cama.

Remus parece muerto de vergüenza pero alza los hombros.

—¿Crees que pueda utilizar el auto?

Hope observa la hora con el entrecejo fruncido y después ve a Remus. Sacó su licencia hace mucho tiempo y nunca en su vida ha querido utilizarla. Ahora mismo se ve como si lo necesitara, como si fuera importante para él.

—Bien. —Acepta.

—¿En serio?

Ella enarca una ceja con diversión ante la sorpresa.

—¿Quieres que te diga que no?

Remus niega rápidamente.

—Toma las riendas. —Aconseja ella y lo ve asentir antes de darle un rápido agradecimiento e irse.

Hope siente que debería preocuparse más, que Remus podría hacer algo peligroso, sin embargo se da cuenta de que está tranquila. Ella lo vio en sus ojos, sabe que hará lo que le dijo, necesita tomar las riendas de su vida. Necesita hacer las paces con lo que ha hecho, vivir con ello.