Dear Remus Lupin [Wolfstar]

11

Disappear

[No one deserves to be forgotten. No one deserves to fade away. No one should flicker out or have any doubt that it matters that they are here. No one deserves to disappear.

When you're falling in a forest and there's nobody around all you want is for somebody to find you. When you're falling in a forest and when you hit the ground all you need is for somebody to find you.]

......

Cuando Remus logra llegar a su casa decide ignorar cualquier tarea o cosa que involucre que piense demasiado en lo que sea. La voz de Lily sigue haciendo eco en su cabeza y está seguro de que va a tener una migraña si sigue así. No tiene la fuerza mental para hacer nada y físicamente se siente igual de agotado por más extraño que parezca. Se esconde bajo una manta en el sillón de la sala y prende la televisión. Se dirige directo al apartado de documentales en el catálogo de Netflix y decide poner algunos que ha visto antes para no prestar mucha atención.

Pasan varias horas y casi tres documentales y medio para que Remus escuche la puerta de la casa abrirse y el ruido de su madre mientras tararea una canción. La escucha caminar con cuidado por la sala hasta que se para frente a él y se inclina para que Remus pueda ver su cara.

—Hola, cariño —le sonríe a pesar de lo cansada que se ve —Creí que estabas dormido. ¿Me haces un espacio?

Remus responde con un "hola" poco entusiasta antes de obligarse a acomodarse en el sillón para hacer espacio. Ella se deshace rápidamente de sus zapatos y se suelta el cabello mientras se acomoda.

—¿Qué estás viendo?

—Es un documental. —Remus empieza a contar tranquilo porque tiene la respuesta. —Es sobre esta fotógrafa, Vivian Maier; su obra fue descubierta hace pocos años, después de su muerte. Los negativos de sus fotos los encontraron en un mercado callejero —añade —Son muy famosas por la forma en que resaltan la cotidianeidad.

Vio el documental por primera vez hace varios meses. Se obsesionó con el tema por un tiempo y una de las fotografías de Vivian aún está puesta como fondo de pantalla en su computadora.

Su madre y él duran un rato en silencio mientras prestan atención. El chico que encontró sus fotografías aparece en pantalla hablando varias veces y Remus está seguro de que podría recitar fragmentos de la información de memoria pero no lo hace. Se concentra en las fotografías digitalizadas que aparecen y en las palabras de los demás expertos.

—Debe ser muy talentoso para haber logrado todo un documental —comenta ella con la vista aún fija en la pantalla.

Remus frunce el ceño, confundido.

—Vivian Maier era una mujer, mamá.

—Eso ya lo sé, sabelotodo —responde su madre con una risa relajada —Me refiero al chico que descubrió las fotografías y se encargó de hacer la investigación para darla a conocer. Digo, nos habríamos perdido de su talento de no ser por él.

John Maloof. Ese es el nombre del chico. Se ve como alguien por completo normal, la clase de persona que podría cruzarse en el supermercado o en las calles. No es un gran artista sofisticado ni nada por el estilo. Y su madre tiene razón, supone. Sin su trabajo y esfuerzo seguramente nadie conocería a Vivian Maier. Él fue quien se tomó el tiempo para revelar esos viejos rollos fotográficos y se puso a trabajar para hacer toda una investigación en torno a ella. El talento de Vivian Maier no habría significado nada si se hubiera quedado siempre en negativos sin revelar.