Dear Remus Lupin [Wolfstar]

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To break in a glove

[Even when everyone around you thinks you're crazy. Even when everyone around you lets things go. And whether you're prepping for some test or you're miles from some goal. Or you're just trying to do what's best for a kid who's lost control. 

You do the hard thing, 'cause that's the right thing]

......

Remus nunca ha sido una persona que utilice mucho sus redes sociales. Tiene una cuenta en Facebook desde la cual maneja las redes del Proyecto Regulus con Lily pero antes de eso estaba destinada a "mantener contacto" con su familia, específicamente su padre, y a leer cualquier artículo que encontraba interesante.

También tiene una cuenta en Instagram que hasta hace poco Peter insistía que parecía un perfil falso de algún tipo de acosador porque no tiene muchas fotografías públicas y en ninguna aparece su rostro. La más reciente es del cartel de entrada que restauró en el parque Hogsmeade y la publicó pocos minutos después de acabar.

Entonces, sí. Remus nunca pensó en ser activo en redes antes porque ¿qué podría publicar que fuera a interesarle a alguien? Realmente nada.

Hasta ahora.

Resulta que la creciente viralización de su vídeo no sólo ha traído seguidores nuevos para las redes del Proyecto Regulus sino también para él. Supone que es una consecuencia lógica ya que es básicamente el rostro del proyecto pero el número de seguidores sigue creciendo y eso lo sorprende.

Al inicio lo tomó desprevenido. Observó el número subir cada vez que volvía a cargar la página y se permitió sorprenderse cuando los mensajes empezaron a llegar. Las personas aún lo felicitan por sus palabras y le dan palabras de aliento; Remus se da el tiempo para responder tantos mensajes como puede pero a veces son demasiados y no siempre son sólo palabras de ánimo.

A veces hay historias. Historias de vida desgarradoras de personas que aseguran que su vídeo les ha dado un rayo de esperanza, algo para aferrarse a que tal vez no están tan solos como creen. Y esos son los mensajes que más le interesa responder y al mismo tiempo le cuesta tanto hacerlo. Son personas solas que han encontrado por casualidad a Remus y esperan que él regrese el favor.

Así que lo hace. Lee las historias y a veces se identifica con ellas, otras no. Hay algunas demasiado específicas que requieren más tiempo y se encuentra dispuesto a dedicárselo.

Pero la parte más difícil es cuando las personas quieren escucharlo también. Es ahí donde Remus no sabe qué decir. Les interesa saber sobre su vida, cosas básicas como su canción, película y comida favoritas; también sobre cosas más profundas como ansiedad y el tema de tener un mejor amigo que se quitó la vida. Es complicado.

Esas personas no parecen decepcionadas de lo poco que Remus comparte.

—Cariño —Su madre toca en el marco de la puerta y Remus se apresura a cerrar la computadora donde estaba escribiendo un mensaje algo largo.

Ella frunce el ceño y Remus se levanta. Quedó de ir a casa de Sirius esa tarde y casi era hora de que se fuera cuando decidió leer algunos de los mensajes.

—¿Qué estabas haciendo? —Pregunta.

—Nada interesante, sólo tarea. —Se excusa mientras toma su computadora y la mete en su mochila.

—Tengo la sensación de que cada vez que entro aquí cierras tu computadora —le asegura ella. —¿Hay algo que no quieras que vea?

—No, mamá. —responde con cierto cansancio —Estaba terminando algo y me asusté con el toque de la puerta, es todo.