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Thank God they rescued you

Sirius lo besa a la mañana siguiente cuando lo ve en la escuela. Es un beso corto y sin duda algo temeroso pero Remus le sonríe y Sirius regresa el gesto de forma radiante. Sabe que hay más personas en los pasillos viéndolos pero no le interesa mucho. 

—Tengo práctica con la banda hoy —asiente —pero recuerda que más tarde cenamos en mi casa. 

Remus no lo ha olvidado. Últimamente pasa más tiempo en casa de Sirius que en su propia casa así que se siente como una especie de costumbre. Una buena. Sirius besa su mejilla a modo de despedida y se aleja. 

Está seguro por un momento de que nada podría borrar la enorme sonrisa que sabe que hay en su rostro pero luego Lily Evans está parada frente a él. 

—¿Dónde estabas? Te envié cientos de mensajes anoche. Terminé de hacer tú parte del trabajo con los pósters —ella se cruza de brazos con molestia. 

—Lo siento mucho, mi celular se quedó sin batería y no pude cargarlo hasta que llegué a casa. 

Lily, obviamente, no le cree. 

—¿Sí? ¿O estabas muy ocupado con Sirius? —enarca una ceja.

Remus suspira y se vuelve inevitable que se note su fastidio.

—Remus, ¿qué estás haciendo? —los rasgos de Lily se suavizan un poco aunque el enojo sigue brillando en su mirada. —El plazo límite de la recaudación está a días y tú no… no sé, parece que estás en otro planeta. 

Y bueno, supone que es una acusación justa. 

—Lo siento —repite —He estado ocupado. 

—Ocupado —repite ella con nada de convicción. —¿Con qué? ¿Qué es más importante que recaudar, no sé, diecisiete mil dólares para el huerto? —Alza un poco la voz.

—Lily… —murmura y niega —Mira, sólo tenemos que mantener a la gente interesada para que sigan donando. Podemos…

—Me encanta que pienses así —interrumpe casi aliviada de verlo entrar en razón —Porque voy a publicar algunos de los mails entre tú y Regulus. 

—¡¿Cómo?! —Pregunta alarmado y ella asiente. —¿Cómo sabes de los mails?

Empieza a sentir una presión en su garganta, es la sensación de ahogamiento que hasta hace unos minutos recordaba muy lejana.

—Andrómeda me envió algunos, dijo que había más. Que tú le habías envíado cientos más —aclara. 

—Sí, lo hice, pero son conversaciones privadas, Lily. No creo que…

—¿No crees qué? —El enojo vuelve a su rostro —La gente está interesada en ese tipo de cosas, Remus. Es lo que quieren ver, es algo real.

Casi podría reírse por lo irónico de esa declaración.

Además, ¿qué más pueden querer de él? Remus responde a cada mensaje que puede y da consejos. Publica más seguido en sus redes para mantener ese contacto. ¿Cómo podría darles más que eso?

—Es una responsabilidad que asumimos al empezar con esto. 

El timbre de clases suena y Lily suspira. 

—Ya debo irme pero te enviaré un correo más tarde con algunas preguntas. Hay cosas en los mails que no hacen sentido. 

—¿De qué hablas? —Frunce el ceño. 

—Bueno, hay uno dónde aseguras que la primera vez que fueron al huerto fue cuando te rompiste el brazo pero hay otro donde mencionan un viaje al huerto como un mes antes.

Dear Remus Lupin [Wolfstar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora