Dear Remus Lupin [Wolfstar]

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Good for you

[And you say what you need to say, so that you get to walk away. It would kill you to have to stay trapped when you've got something new. Well I'm sorry I had it rough and I'm sorry I'm not enough. Thank God they rescued you.

So you got what you always wanted, so you got your dream come true. Good for you. Got a taste of a life so perfect, so you did what you had to do. Good for you.]

......

James dice que está siendo paranoica.

Lily no está tan segura de eso pero quisiera dejar de pensar en el tema por un momento. Vuelve a la primera hoja y lee.

Querido Remus Lupin...

Tiene las copias de todos los mails que Andrómeda le entregó esparcidas sobre la cama, están perfectamente acomodados según la fecha. Cada hoja está marcada de alguna forma. Líneas discretas para lo que cree podrían ser errores de escritura comunes y círculos rojos donde cree que hay falta de coherencia con los demás mails.

Hay algo en los mails que simplemente no se siente bien.

Al inicio ni siquiera lo notó. Fue hasta la segunda vez que los leyó que empezó a notarlo y para la cuarta ya dudaba de bastantes cosas. No era su intención, claro. Empezó a leerlos sin malicia pero hay algo en los mails que es incluso adictivo. Como si estuvieran hechos para eso.

Llenos de emociones tan reales y de palabras de aliento. Llenos de esperanza.

Hasta que una de las dos personas que participa en el intercambio está muerta y todo deja de hacer sentido.

Porque Regulus habla sobre esforzarse por mejorar, sobre sentirse mejor y sobre la importancia de no rendirse pero se supone que ese es el mismo Regulus que decidió quitarse la vida de todos modos y Lily no lo entiende.

James le dice una y otra vez que está exagerando pero Lily igual le envía varias preguntas a Remus para que le aclare sus dudas. No hay respuesta aún.

¿Cuánto tiempo creía Remus que iba a pasar para que ella se diera cuenta? ¿Es una especie de insulto a su inteligencia?

Por primera vez en su vida, Lily Evans espera estar equivocada.

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Hope espera.

Sería un cambio agradable, supone, si se diera en otras circunstancias.

No está acostumbrada a esperar. Siempre está en movimiento de alguna forma, ya sea para llegar a una clase, al trabajo o volver a casa. Rara vez puede sentarse en el sillón y pensar con lentitud y claridad.

Ahora que tiene la oportunidad, lo último que quiere es pensar.

Remus entra a casa con sigilo a pesar de que es inútil. Ella ya lo escuchó llegar y no va a dejar que se salga con la suya. Ha sido demasiado indulgente con respecto a su hijo. Continúa esperando hasta que él la ve y hay algo parecido al contacto visual durante unos segundos; es Remus quien aparta la mirada primero. Bien.

—¿Tienes idea de lo humillante que fue todo eso? —Empieza a hablar sin dejar que él diga algo —Quedé como la madre que no tiene idea de la vida de su propio hijo.

No hay respuesta.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Lo siento, ¿si? Lamento no haber dicho nada sobre Sirius. —Empieza a hablar rápidamente y Hope frunce el ceño. —No me gustan las grandes conversaciones y no se me ocurría una forma de decirte la verdad. Ni siquiera sé cuál es tu postura al respecto y yo no...