04.

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Bosco se come distraídamente una tostada a la francesa que cocinó una de las trabajadoras para ellos.

A su lado Eder y Gala hablan de algo que no le importa mucho. La noche se siente extraña, solitaria.

Los puntos más bajos de su familia siempre se definían con cenas así: más vacías que de costumbre, con papá o Yaya ausentes y ellos tres sentados en la barra de la cocina.

—¿Segura no quieres la tuya?

—Come tú, Eder, se ve que te gustaron.

—Si, pero Paz cocina mejor y con más amor.

—¿Por qué hablas tanto de ella, Eder? Ella no es mamá.

—¡Bosco!

—Yo sé que no es mi mamá, pero yo si la quiero, ella ha sido muy buena conmigo, con todos nosotros. ¿Hace cuanto alguien nos quiso así? Paz nos contaba cuentos, y me contaba cosas de ella.

Ambos hermanos mayores se quedan en silencio. Gala acaricia los cabellos de su hermanito menor.

Eder no pudo disfrutar tanto de su madre como Gala y él, que aunque aún siente que les faltó una vida juntos, puede recordar su voz, sus manos, la sensación de su piel.

Eder era un bebé cuando ella partió, no lo culpa por buscar una mamá donde no había más que una mujer interesada.

—Yo también la extraño, y a doña Lupita, me urge un consejo suyo.

Eder se empuja media tostada de un bocado y le habla entre dientes: —¿A Salomón no?

—No hables con la boca llena.

—Lo de él... es pasado. Estoy con Jero, él es lindo.

—¿Pero de verdad no lo extrañas nadita? No creo que el amor muera así.

—Con Jerónimo está mejor, él es más de nuestro nivel, es más amable, se cuida, es un caballero. —Bosco pica con desgano su comida.

—Me duele que Salo esté allá adentro, lejos de su mamá. Pero él decidió estar con alguien más y ahora yo lo estoy también.

—Siento que lo dices como si no valoraras a Jerónimo. —Bosco frunce el ceño. —Sigues hablando del plomero come-tacos como si lo extrañaras. Que no se te olvide que son criminales él y su famil...-

—¿Por qué estás tan violento últimamente? ¿Qué tu no te estabas haciendo amigo de Pepa? Él si parecía aguantar tu mal humor.

—¿Sigues? Esos lo único que querían era sacarnos dinero ¿Por qué no lo entiendes?, Pedro Pablo no es nada para mí. Lo odio.

—Odiar es un sentimiento muy feo.

—Lo es —Gala mira a su hermano menor y luego a Bosco. —No sé qué te pasa con él, de todos los Roble es el que más intentó abrirse contigo, ¿de verdad no fuiste capaz de crear un vínculo con él?

—¿Qué insinúas, Gala?

—¿De qué hablas? No estoy insinuando nada.

—No lo parece.

—Ya no peleen.

—No vamos a pelear, yo ya me voy a dormir. Nada más quiero que entiendan que nuestra vida está mejor así, sin unos criminales que vengan a alterar nuestro orden y nuestra vida tranquila. Ahora Ginebra y papá están saliendo, ella podría ser mejor figura materna para nosotros. Y no tenemos a un montón de desarrapados queriendo hacerse nuestros amigos.

—¿Desarrapados?

—No digas esa palabra, Eder. Y tú, Bos, ¿por qué estás siendo así?

—Porqué se lo merecen. Yo no quiero a Pedro Pablo aquí, no quiero que me vinculen a una persona como él.

—¿Por qué? Él dibuja muy cool y me ayudaba con mi tarea. También jugaba conmigo cuando vivían aquí y llegaba del trabajo.

—Porque nos mintió Eder, eres pequeño para entender que no era verdadero. Que él como su familia son unos interesados. Nuestra vida irá bien sin que nos esté rondando.

—Están pasado un momento difícil, Bosco, Pedro Pablo sobre todo necesita apoyo ahora que... que... la está pasando mal. —Bosco nota el tono extraño de Gala, como si le ocultara algo. Pero no le importa, decidió que no le iba a importar más nada que se relacionara a él.

—Yo no creo en su inocencia. Pero bueno, veo que con mis propios hermanos no se puede dialogar. Buenas noches.

Gala se muerde el labio, Bosco miente si dice que no le duele hacerla llorar, pero su ego no le deja acercarse a consolarla.

El menor abraza a la omega y deja que ella le acaricie la espalda.

—Yo voy a dormir con Gala hoy.

—Haz lo que quieras. Por mi mejor.

Y si el destino no alcanza construyo un puente (Bospa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora