Capítulo 22. "¡Sí, P'Faa!"

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"Contratada", dijo Charlotte agitando su mano.

"No sé... arrepentirá, mi señora", inclinó la cabeza y depositó un beso allí, luego la miró a los ojos sin soltar su mano.

Charlotte se rió nerviosamente, ya que no, esperaba eso. "Sí, espero no arrepentirme, Waraha", empujó su hombro, cuando retiró la mano. "Eres muy graciosa, P'Fa ¿sabes?".

Engfa la miró detenidamente y suspiró, mientras asentía con orgullo.

...

Unos segundos más tarde Engfa se atrevió a hablar.

"Le agradas mucho a Tina, no me cansaré de notarlo y decirlo", le hizo saber Engfa a Charlotte, después de que está terminó de darle la dirección de su hotel, al conductor.

Charlotte asintió con una sonrisa en los labios. Ella está feliz por eso. Tina es una muy buena persona, Charlotte sabe que no tardará en encariñarse más con la mujer.

"La entiendo...", aceptó Engfa. "Parece que ella vio lo mismo que yo veo en ti", declaró rápidamente, sintiendo su rostro arder de ilusión.

Charlotte volvió a mirarla a los ojos y preguntó con curiosidad. "¿Qué quieres decir?"

Engfa sonrió. "Vio lo maravillosa que eres Charlotte", susurró, mirándola de cerca.

La azafata sintió que su corazón se calentaba, inmediatamente ante la respuesta.

"¿Qué debo responder?" Dijo en voz alta.

Al darse cuenta de eso, abrió sus ojos avergonzada y se rió nerviosa.

La pelinegra la miró con comprensión. "Nada, no hace falta, es normal que te haya dejado sin palabras. Suelo acusar eso a las personas", bromeó divertida.

La castaña arqueó las cejas y sonrió. "Eres increíble, Waraha", murmuró y negó, ocultando su sonrisa.

Después de eso, se hizo un silencio, que no es para nada incómodo. Al contrario, es agradable, así que Engfa aprovechó el momento y, siendo un poco atrevida, se acercó a Charlotte para apoyar su cabeza en su hombro.

Charlotte se limitó a observar el movimiento, no dijo nada, sólo se concentró en su respiración y en mantener los latidos de su corazón calmados.

¿Por qué te sientes tan nerviosa, Charlotte? Sí, bueno ella no lo sabe, también es culpa del agradable aroma de la pelinegra.

El acercamiento es cálido.

Engfa observó la imagen que tenía desde allí, no de manera morbosa, simplemente observó el cuerpo de Charlotte con fascinación.

Miró su uniforme y lo bien que se moldea a su cuerpo, obviamente puede notar su vientre abultado.

Es pequeño. Una pequeña montaña, eso es precisamente lo que aparece.

Engfa intenta mantener la cabeza cuerda. Ella deja escapar un suspiro liberador. Por un momento más, se pierde en pensamientos e ilusiones confusas.

"¿No piensas quedarte dormida o sí?", comentó la castaña llamando su atención.

La pelinegra sacudió la cabeza, poniendo fin a su pequeño momento, se sentó inmediatamente para mirar a Charlotte a los ojos.

"¿Cuántos meses tienes, Char?" Preguntó con atención y ojos brillantes.

Charlotte la miró, notando la dulzura con la que ella la miraba, luego sonrió levemente para responder. "Estoy entrando a mi cuarto mes, ¿lo olvidaste?" Se rió de lo despistada que ha estado Engfa.

𝕸𝖎 𝖇𝖔𝖓𝖎𝖙𝖆 𝖞 𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆𝖇𝖑𝖊 𝖆𝖟𝖆𝖋𝖆𝖙𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora