Capítulo 23. "¿Crees que pueda quedarme?"

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Engfa, ocultando su rostro acalorado, habló.

"Olvídalo ¿Alguna vez conoceré a esta chica?" Cambió de tema y la miró rápidamente.

"Sí, creó, ella es todo un encanto", se detuvo y Engfa también la siguió. "Igual que tú", señaló su pecho con el dedo y el ascensor se abrió.

La azafata camino directamente a la recepción pará dejar su tarjeta y saldar todo.

Engfa la siguió con la mirada. A ella le encanta, Charlotte en todos los sentidos y por mucho que se obligue a reprimir sus pensamientos impuros, su cuerpo siempre logra reaccionar.

Ahora se siente enferma mientras mira su espalda y su cuerpo, mientras habla con la recepcionista.

Horas más tarde, ambas finalmente estaban en el Jet, Engfa estaba en su respectivo asiento mientras Charlotte preparaba los alimentos recalentados para la cena.

El viaje está siendo mucho más cómodo que cualquier otro que hayan tenido, con contarles que Charlotte fue invitada a comer con ellas, Engfa también le pidió permiso para ayudarla con el proceso de la cena, sin embargo Charlotte le dijo que no era un gran trabajo para ella.

Podría hacerlo sola, y ese es su deber como azafata.

"Aún no estoy demasiado embarazada para necesitar ayuda, señorita Waraha", le hizo saber mientras sonreía divertida y ponía los ojos en blanco.

Engfa la miró y se rió un par de veces. "Oh, lo sé..." su rostro se puso carmesí. "Es que quiero ayudarte, no tengo nada que hacer", hizo un puchero y la miró con ojos grandes y atentos.

Charlotte tuvo que levantar el brazo y golpear el hombro de Engfa para ocultar su nerviosismo ante la actitud adorable y atenta que estaba teniendo esta estúpida pelinegra.

"Ouch" Ella se quejó porque le parece divertido.

"Sí, no lo creo", la miro, inclinando la cabeza. "¿Por qué no ayudas a Tina? La pobre parece muy ocupada", señaló y volvió a empujarla en el hombro.

Engfa se quejó de nuevo. Fingiendo un poco de dolor. "Sí, saldré muy lastimada, será mejor que me vaya", entrecerró los ojos mirándola y se fue mientras sonreía.

...

Como dije, Tina por su parte está haciendo de las suyas, revisando cosas pendientes, respondiendo llamadas o simplemente pasando el rato mientras habla con Engfa, quien ahora también recibe mensajes.

Una llamada entrante apareció en el teléfono de Engfa y ella no dudó en contestar cuando se dio cuenta de que quien llamaba era su madre.

"¿Puedes decirme, por qué mi querida hija no ha llamado a sus padres, todavía?" La mujer habló inmediatamente con reproche.

"Mamá, ahora soy una mujer ocupada", respondió orgullosa.

Tina levantó la vista y se rió, luego murmuró en voz baja; Sí, por supuesto una mujer muy ocupada, claro.

Era realmente sarcasmo, se estaba burlando demasiado.

"¿Incluso para tu madre?"

Está incrédula.

"No ma, para ti jamás, discúlpame, pronto podré contarte todo con más tiempo", le hizo saber emocionada.

"Sí, esperaré con ansias... No me hagas ir a buscarte. ¿Cuándo volverán? Tina me dijo...", se retractó. "¿Te has portado bien?", la atacó con varias preguntas.

𝕸𝖎 𝖇𝖔𝖓𝖎𝖙𝖆 𝖞 𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆𝖇𝖑𝖊 𝖆𝖟𝖆𝖋𝖆𝖙𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora