Capítulo 12. Lucen bien juntas. Se siente bien.

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Tenía esa característica, sonrisa molesta en sus labios que Charlotte no pudo evitarlo, se rió.

"Es usted, tan divertida que no puedo evitar no reírme. Y es totalmente su culpa, no la mía" Se defendió.

Engfa negó con la cabeza está vez, sonriendo con más suavidad. "No me importaría, puedes reírte de mí, cuando quieras... Me alegra verte mejor", soltó sorprendiendo a la castaña por el cambio de tema. "¿Puedo?", dijo señalando la silla, mientras se incorporaba bien, para estar de pie, correctamente.

Charlotte asintió ligeramente, Engfa se sentó y la castaña habló.

"Lo estoy, he estado comiendo bien y siguiendo las órdenes de mi Doctora", dejó saber con una sonrisa dulce en sus labios.

Engfa levantó sus cejas por la información.

"Eso es muy bueno, Charlotte..." Declaró. "S-se notan los cambios", susurró llevando sus ojos al cuerpo y el escote ligeramente descubierto, de Charlotte, tan pronto como lo hizo sintió su rostro arder por lo que apartó su mirada con rapidez. "Digo... es qué luces muy preciosa", admitió nerviosa.

No pudo evitar, no dejárselo saber.

Y es que las palabras de pelinegra no son ninguna mentira, Charlotte luce más preciosa, enérgica, juguetona, deslumbrante, sus ojos están brillantes y sus labios lucen más apetecibles, hasta se puede decir que está más rellenita.

Eso era evidente, algo en ella la está haciendo cambiar. La está haciendo, lucir más adorable y hermosa.

"¿De verdad?", susurró muy bajito.

Engfa logró escucharla y asintió.

Charlotte abrió sus ojos con atención y finalmente sonrió a su elogió, por primera vez se sintió alagada con las palabras de Engfa.

"Gracias, Srta. Waraha, todavía estoy demasiado agradecida con usted y la Srta. Tina", juntó sus manos y bajó su cabeza un poco.

Engfa suspiró, abandonando su mirada intensa sobre el cuerpo de Charlotte, notando el gesto de la castaña y así mirar sus ojos.

"Debería devolverme el favor", soltó distraída en los ojos de la castaña.

"Bien lo arruinó", se rió está, volteando los ojos.

Engfa se río abrumada. "No, no, no... es, digo, lo hice sin esperar nada a cambio, es lo que... ¿Por qué no aceptas comer algo conmigo?"

La miró con ojos suplicantes. Está era su oportunidad para conocerla, finalmente.

Charlotte suspiró, desviando la mirada. "¿Porque debería aceptar?", rió.

"Por qué está agracida conmigo y por qué soy una persona muy buena...", Charlotte negó divertida.

"No lo creó"

"Vamos, Charlotte la invitaré a algo, podemos comer algo rico, un helado, un postre... lo que quieras", sugirió mirándola con una sonrisa.

Ella pareció darle en el clavo, porque Charlotte la miró pensativa.

"¿Cómo puedo hacer algo con usted, cuando parece que lo único que haces es insinuarte y coquetear, conmigo?"

Engfa gruñó. Ella la está descubriendo.

"¿Cómo lidia la gente con eso?"

Cuestionó mirándola ligeramente.

"¿Aceptando?"

Charlotte volvió a suspirar, pero la sonrisa que traía en su rostro jamás se fue, su cabeza por momentos pensó enegarse, como lo ha venido haciendo, pero su estómago o su montañita pensó más rápido en lo que quería comer.

𝕸𝖎 𝖇𝖔𝖓𝖎𝖙𝖆 𝖞 𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆𝖇𝖑𝖊 𝖆𝖟𝖆𝖋𝖆𝖙𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora