Capítulo 27. "Es mi futura esposa la que espera"

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Así fue, Tina ignoró todo cuando salió de ese lugar. Engfa por otro lado terminó su trabajo, hablando de algunas pequeñas cosas con esas personas importantes para su empresa.

Luego se despidió sin saltarse ninguno de ellos.

Incluso se despidió de Meena, con quién habló más de lo necesario, cuando terminó y se dió cuenta, Engfa corrió por los pasillos de regreso al balcón.

Su preocupación volvió. Había pasado una hora o menos. Su corazón latía con fuerza mientras su mente pensaba en la pobre azafata esperándola.

Cuando atravesó la puerta de cristal, se encontró con una visión que hizo que su corazón doliera y se encogiera de culpa.

Sus ojos se abrieron y se maldijo a sí misma en voz alta, mientras caminaba hacia la chica en la silla.

Allí estaba su castaña, durmiendo en esa incómoda silla dura, con solo su chaqueta apenas cubriéndola, podía ver perfectamente como ella temblaba ligeramente. Sus labios curvados también lo hacen.

"Qué idiota soy", se maldijo y finalmente se acercó a Charlotte. "Cha", murmuró, colocándose a su altura para mirarla más de cerca.

Mientras estaba allí, Engfa se derritió de amor y más culpa al mirar los delicados rasgos de su azafata.

"Nu", susurró mientras le tocaba el brazo suavemente con sus dedos. "Perdóname, me tomó más tiempo de lo que imaginaba", se disculpó mientras negaba con la cabeza.

Engfa ha cometido hoy muchos errores. O eso es definitivamente lo que ella piensa.

Charlotte finalmente se levantó con los pequeños toques en su brazo y abrió levemente los ojos para encontrarse con los ojos cristalinos y preocupados, de Engfa.

Cuando la pelinegra vio esos ojos color avellana abiertos, corrió a incorporarse de inmediato y tratar de ayudarla a levantarse y poder cubrirla con sus brazos.

"Perdóname, Nu", entendió su brazo. "Ven, hace mucho frío, déjame calentarte un poco", pidió con necesidad de ayudarla.

Charlotte apenas había despertado, por lo que estaba un poco confundida, sin embargo tomó el brazo de la pelinegra porque lo que decía era verdad.

Ella si se está muriendo de frío.

Cuando se levantó de la silla, se estiró un poco, se mareo de inmediato pero logró estabilizarse con ayuda de su pelinegra frente a ella, que la sostiene con fuerza.

Y tan pronto como estuvo de pie con normalidad, lo hizo, esos brazos la rodearon con necesidad y fuerza.

"¿Me perdonas por dejarte tanto tiempo aquí?, preguntó temerosa, abrazándola, mientras también frotaba esa espalda con sus cálidas manos para calentarla.

Charlotte la observó sorprendida en todo momento.

"¿Realmente ha pasado mucho tiempo desde que me dejaste?", la miró alejándose para mirarla brevemente y le preguntó, todavía un poco somnolienta.

Apenas pude entender lo que pasó, Charlotte sigue más dormida que despierta. Sin embargo, los brazos y el cálido cuerpo de la mujer de cabello negro pegado a ella, la están ayudando lentamente a despertar.

Engfa la miró de reojo. "Una hora, para ser exactos", sus ojos están preocupados.

Charlotte sonrió dulcemente. "Está bien, P'Fa, dejémoslo así... Solo llévame al hotel, tengo sueño", bostezó y se acostó libremente sobre el pecho de Engfa, colocando suavemente su rostro en el cuello de está, sin importarle nada, ya que al parecer había confianza.

𝕸𝖎 𝖇𝖔𝖓𝖎𝖙𝖆 𝖞 𝖆𝖉𝖔𝖗𝖆𝖇𝖑𝖊 𝖆𝖟𝖆𝖋𝖆𝖙𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora