Capítulo 20

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La marcha fue rápida. Bakugo había ido con solo 3 caballeros. Necesitaba analizar la situación. Además, Sero ya estaba ahí. Por otra parte, el mensaje de la guerra ya se estaba expandiendo por todo su reino. Los guerreros del país se preparaban para dirigirse al punto de cruce. El único lugar donde el imperio podía entrar a su territorio.

Si Bákugo se apresuraba podía llegar en unas horas y resistir lo suficiente para que los primeros refuerzos llegarían al anochecer.

– Estén al pendiente, no sabemos que tanto han entrado a nuestro territorio. Tampoco sabemos si aún se encuentran peleando con el batallón de Sero– continuó. Estaba nervioso, todo estaba tranquilo. Y eso en tiempos de guerra no era bueno.

– Pronto llegaremos a la zona de encuentro – susurró tokoyomi cerca de él. Ambos tenían la misma sensación, algo andaba mal. Pero unos minutos después el olor a fuego los invadió.

– ¡Vamos! Aún no se ve pero puedo olerlo. La batalla está cerca! – gritó Bakugo empuñando su espada y dándole un pequeño golpe con los pies a su caballo para que fuera más rápido. Pero no estaba listo para lo que encontró.

Apenas tuvo cambio de visión pudo ver a Kirishima limpiándose el sudor. Había fuego, claro, armas y gente en el piso, muertos, del imperio. Pero su gente estaba bien. Todos se veían cansados e incluso un poco heridos, pero estaban todos los que habían acompañado al pelirrojo.

– ¡Bakugo! – Todos se sorprendieron. Al verlo.

– ¿Qué estás haciendo aquí? – Bakugo bajó de su caballo al instante, guardando su espada.

– ¿Qué demonios pasó aquí? ¿Dónde está Sero?

– ¿Sero? ¿El iba a venir?

Después de esa frase ambos se observaron. No necesitaban hablar. Habían entendido todo.

– Hace unas cinco o seis horas nos atacaron – Le aseguró Kirishima mientras montaba su caballo, siguiendo a Bakugo, quien ahora era el más rápido de todos y ya estaba en su caballo.

– No era un gran ejército pero saber donde estábamos. No pensaba atacarlos, pero ellos vinieron directamente a mi.

– Quién no esté herido de gravedad tome un caballo y vuelva con nosotros. Necesitamos que un mensajero se adelante. Todo parece indicar que Sero nos ha traicionado. – los demás lo imitaron, mientras él le contaba lo que había sucedido.

– Tu mensajero llegó, así que mandé a Sero con la instrucción de que regresaras. Mi Rut llegó y apenas salí de la habitación me dijeron que el mensajero de Sero llegó avisando que te habían atacado y estabas desaparecido.

Bakugo maldijo para sus adentros, sus caballos ya estaban cansados por el viaje. No llegarían hasta el siguiente día.

– Explícame qué pasó– le exigió Bakugo mientras avanzaban hacia la montaña.

– En resumidas cuentas lo que te dije. Era un ejército pequeño. Pero sabían dónde estábamos. Conocían nuestros escondites. Yo había salido para inspeccionar el terreno. Denki ha estado ansioso, así que yo también lo estaba. Bendita marca. Podía sentir todo así que salí a inspeccionar antes del turno. Los vi llegar.

– Tch – Bakugo hizo aquel ruido con la boca. Sólo lo hacía cuando estaba tan furioso o estresado que no podía controlar sus acciones.

– los vi acercarse, así que me dio el tiempo suficiente de avisar a nuestros hombres. La emboscada fue hacia ellos. ¿Qué pasó contigo?

– Tu mensajero volvió. Denki ha estado ansioso. Sentí que el peligro había pasado y Sero ha estado insistiendo en que quería volver a la acción. Así que tu mensajero te entregará la orden de volver. Sero tomaría tu lugar. No estoy seguro de lo demás. Maldita sea. Me llegó mi puto Rut. Así que me encerré por tres días. Aún no terminaba del todo cuando me avisaron que un mensajero de Sero había llegado. Tu estabas desaparecido y el maldito lugar estaba hecho una mierda.

El corazón del Rey Bárbaro // TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora