El invierno finalmente había terminado. La nieve casi se había derretido por completo y la gran tribu comenzó a dividirse de nuevo. Deku lloró un poco cuando tuvo que separarse de aquellos niños que debían volver a su hogar.
– Tranquilo amor, estarán aquí el próximo invierno – le aseguró el alfa mientras lo abrazaba con cariño dentro del nido que el mismo Deku había hecho en la cama de Bakugo. El omega se escondía en el pecho del chico sin poder detener su llanto.
– Lo sé... pero ya serán un año más grandes, ¿y si no me recuerdan? – la risa del alfa no se hizo esperar.
– Pero también habrá más pequeños. Estará el cachorro de Denki y Kirishima, y el de Mina, cuando ella vuelva te mostrará a su bebé, dijiste que estabas emocionado por conocerlo – aquello sólo hizo llorar más al omega.
– Mina tendrá a su bebé en verano, y yo tendré que esperar hasta el invierno para verlo – continuó sin poder contener el llanto. Bakugo rió sin poder contenerse.
Le dolía la cabeza, y el trabajo que requería volver a la normalidad lo tenía cansado, pero había un omega que tenia prioridad aún sobre el mismo. Desde que entró en la habitación, con la intención de dormir, se dio cuenta de que hoy no lo haría. Las feromonas del omega había llenado la habitación, y donde se supone que debía estar la cama había una gran combinación de ropa y pieles. Bakugo observó incluso una cortina en el nido.
– Deku, amor – le habló suavemente. Este había dejado de ser su habitación. Ahora era el nido del omega, y cualquier movimiento en falso podría hacer que durmiera en el pasillo.
– Hiciste un nido amor. Es precioso – continuó sentándose en el piso junto al nido.
– Kacchan – susurro el lloroso omega, que estaba hecho bolita en el centro.
– Si amor, soy yo –
– Kacchan, me duele mucho, me siento muy mal.
– ¿Estás lastimado cariño? ¿Puedo acercarme? Necesito ver si estás herido.
– ¿Por qué no podrías acércarte Kacchan? ¿Acaso no te gusta nuestro nido? – preguntó Izuku casi con terror en el rostro.
– Oh amor, claro que me gusta, me encanta – le dijo, pero se movió lentamente al interior.
– Sólo le falta una cosa – le aseguró. Los ojos llorosos del omega dudaron.
– ¿No es perfecto? ¿Qué le falta Kacchan? – preguntó al borde del llanto.
Bakugo le mostró una sonrisa y se quitó la capa ofreciéndosela al chico. La tristeza se volvió emoción al darse cuenta de lo que le ofrecía. Deku tomó la capa al instante y la olfateó antes de arroparse con ella feliz. Por primera vez, Bakugo se alegró de todas esas veces que Kirishima le contaba sobre Denki y su relación.
– Tus feromonas Kacchan, también necesita eso, déjalas salir – le exigió casi con necesidad.
– Claro amor, claro que sí – le dijo mientras tomaba a Deku entre sus brazos perfumándolo. Unos segundos después comenzó a llorar.
Deki se sentó para desayunar, mirando nervioso hacia el camino. En cualquier momento llegaría el mensajero con noticias de Kirishima. Y quería ser el primero en recibirlo. Bakugo bostezó y se sentó a su lado. Era temprano, muy temprano. La primera ronda de desayunos estaban por salir. A modo de saludo, Bakugo llevó su mano al ya notorio vientre de su amigo, algo que había empezado apenas Kirishima se había ido.
– Buenos días cachorro. Soy tu tío Bakugo. ¿Dormiste bien? – los ojos de Denki, como cada mañana se llenaron de emoción y lágrimas al escucharlo. Katsuki se había acostumbrado a ignorarlo. Hablando únicamente con su sobrino.
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El corazón del Rey Bárbaro // TERMINADO
FanficSintió un pequeño aroma a lima. Algo extraño en el norte. No dudó en seguir sus sentidos hasta que encontró a una persona tirada en medio del bosque. Su ropa era de mala calidad, se veía vieja, rota y estaba mojada. Pero su apariencia, era todo lo...