Capítulo 23

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Cuando Izuku nació. Fue llevado con los demás hijos del Emperador Midoriya, para ser criado por el mismo grupo de omegas que lo había hecho con sus demás hermanos, por que tenía varios. Los favoritos eran los alfas. Aquellos que se distinguían por esa categoría eran separados y entrenados como grandes guerreros. Eran los favoritos. Si sobrevivían al difícil entrenamiento, podían servir a su padre. Había unos en el ejército o en el consejo.

Los betas, que no tenía mucho poder, pero tenían la ventaja de no ser controlados por los ciclos de calor o las feromonas. Servían como intelectuales o espías. Enviados a otros países para cumplir los deseos de su padre.

Los omegas, ellos eran los que más sufrían. Si en su desarrollo no cumplían con los estándares de belleza o simplemente sus feromonas no eran tan dominantes o "apetecibles" terminaban muertos, o, si tenían suerte, terminaban en algún prostíbulo de la ciudad.

Los que no salían del palacio, tenían dos destinos, ser elegidos por alguien importante para su harem, o conseguían un matrimonio político. Pero Izuku, Izuku había tenido suerte.

Su madre tal vez era sólo una omega más en el harem del Emperador, pero su abuelo materno, Era un duque importante en el país, e Izuku era su único nieto. Había conseguido esconderlo en ese palacio. Sabía que no podía salvarlo ni sacarlo, pero su dinero y poder lo había vuelto casi intocable para el Emperador. algo que Izuku nunca supo valorar.

El creía, ciegamente, que seguía en el palacio por cariño de su padre. Cuando su matrimonio con los Todoroki se planteó, Izuku creyó que su libertad había terminado. Había nacido como un omega, el único de todos los hijos reconocidos, una decepción.

Aunque pasara los días enteros en la biblioteca aprendiendo y estudiando, jamás se había ganado una mirada aprobatoria de su padre. Sus hermanos mayores, aunque le tenía cierto cariño, no lo veían más que como algo bonito que debían proteger. Rara vez salía del palacio. El velo sobre su rostro siempre era grueso y pesado. Incluso algunos de sus sirvientes eran casi ciegos. Creando un misticismo alrededor de su persona.

Todos aseguraban que era un omega tan hermoso, que ver su rostro podría causar guerras. Rumor que convenció al Emperador Todoroki para pedir la mano de ese omega para su hijo favorito, a quien había designado como próximo heredero. La mejor joya del mundo, tenía que estar en la corona de su Shoto.

Pero Izuku no quería casarse con él. Nunca lo había visto, pero sus hermanos no dejaban de hablar del "distinguido" alfa, tan frío como el hielo que cubría sus montañas. Debía demostrarle que era útil. Pero sólo había una forma de hacerlo. Tenía que tomar lo que sus ancestros jamás habían podido.

– Creo que hay algo que no has entendido de esta guerra – Bakugo apretó la mano del omega con fuerza. Y lo jaló un poco hacia él, listo para ponerlo seguro.

– Estás perdiendo esta guerra – rápidamente jaló al omega dejándolo tras su espalda, mientras empuñaba su espada y dejaba salir un pequeño silbido, una señal, de que necesitaba refuerzos.

– No vine aquí a perder Rey Bárbaro. Hay una razón por la que Izuku y yo venimos a la guerra – el ruido no se hizo esperar. Afuera había una batalla que poco a poco, crecía más y más.

– Sero se convirtió en un gran miembro de mi unidad, nos ha dado muchos detalles. Incluso sabemos como destruir su montaña impenetrable. – Bakugo sintió como Deku se aferraba a él con más fuerza después de escuchar aquello. Había sido engañado por Sero para ser entregado al bando enemigo y secuestrado. Pero poco a poco sus recuerdos fueron regresando en estos últimos tres años, no era un secuestro, si no algo más como un rescate.

– Tus guerreros no tienen habilidades para la batalla, o al menos no como mi gente. – las telas de la tienda se movieron para dar paso a varios soldados del Imperio, estaban rodeados.

El corazón del Rey Bárbaro // TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora