Capítulo 19

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Bakugo se encerró en la habitación todo el día. Jamás había tenido una pareja durante su Rut, pero el que todo oliera como Deku solo lo volvía más y más loco. Además, el brebaje no sólo le ayudaba a mantener la cordura lo más posible, como efecto secundario empeoraba su dolor de cabeza y su cuerpo dolía como si cada hueso de su cuerpo se estuviera rompiendo.

Había puesto varios guardias en la puerta, temía que inconscientemente buscará al omega. Apenas había podido dormir después de tres largos días sufriendo. Su cuerpo dolía como nunca cuando entraron a su cuarto. Miró furioso a la persona. Apenas recuperándose de su Rut, cuando vió a la persona. Uno de sus principales guerreros, Fumikage Tokoyami.

– El reino debe estarse incendiando, si no es así, no entiendo por qué estás aquí – dijo furioso entre dientes.

– Un mensajero acaba de llegar por parte de Sero. Kirishima no estaba en su punto. El lugar está destruido, hay señas de guerra.

– ¿Acaso es una puta broma? – se quejó aún molesto. Antes de encerrarse las noticias decían que todo estaba quieto, ni siquiera había muestras de alguien intentando cruzar.

– Si lo fuera, yo no estaría aqui – continuó con seriedad. Un gruñido escapó de los labios de Bakugo.

– ¿Qué más dijo Sero?

– Sólo eso, espera órdenes para avanzar.

– Prepara mi puto caballo y un maldito equipo. Yo mismo iré. – Se levantó de la cama y tomó un baño rápido, esperando deshacerse de las feromonas de su Rut.

Se vistió rápidamente y salió de su habitación. Lo primero que vio fue a Deku y Denki. Ambos en la habitación del omega, el rubio estaba llorando.

– Maldita sea – se quejó para sus adentros, entrando al instante.

– Denki – los ojos llorosos del omega le rompieron el alma. Kaminari se levantó al instante y corrió hacia los brazos de su amigo, llorando sin poder evitarlo.

– Tranquilo. Lo traeré de regreso, lo prometo. Está bien y a salvo. Le dije que no hiciera estupideces, sabes que él es el más racional de nosotros, está bien. – Denki asintió sin dejar de llorar.

– Mata a cualquiera que le haga daño – respondió entre lagrimas lleno de furia.

– Nadie sería capaz de hacerle daño. Seguramente está escondido por ahí. Averiguaré que pasó. Lo traeré de regreso. No importa si tengo que cortar la maldita cabeza del emperador para hacerlo.

Deku miró la escena lleno de miedo. Nunca había visto así al alfa. Apenas había llegado el mensajero de Sero las lágrimas de Denki habían comenzado. No sabía como tranquilizarlo, pero al ver como su alfa cuidaba de su amigo, se sintió más tranquilo. Aunque el temor no desapareció del todo. Bakugo se hincó y tomó la mano de Kaminari.

– Prometo que lo traeré aquí con bien, antes de que nazca el cachorro – puso su mano sobre su vientre y recargó su frente en este.

– Traeré a tu padre. Mantente sano. No puedes nacer antes de que él llegue. – Deku pudo ver los ojos de su alfa. También estaba mal, había principalmente furia, pero también temor.

Ve con los ancianos, necesito hablar con Deku – Denki asintió, sus lágrimas se habían detenido. Su rey le había hecho una promesa y estaba seguro de que la cumpliría.

Bakugo cerró la puerta apenas se quedaron solos. Dejó salir un pesado suspiro y se sentó en la cama.

– No pensé que tuviera que hablar contigo de esto, pero es importante – le aseguró mirando al peliverde, quien se había levantado para sentarse a su lado.

El corazón del Rey Bárbaro // TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora