– ¡Kacchan! – gritó corriendo hacia el alfa, tomando su mano emocionado cuando lo encontró.
– ¡Kacchan! – El alfa se detuvo, no podía negar que estaba molesto y por eso se había retirado de forma apresurada, pero ahora que veía al chico una sonrisa apareció en su rostro de nuevo.
– Pensé que pasarías el día con Denki.
– Oh, tendré una pijamada con él, pero pasaré el dia con mi alfa. – la idea no terminó de encantarle a Katsuki, pero cuando Deku lo abrazó por el cuello, dejando un pequeño beso en sus labios, perdió totalmente el sentido de todo lo demás.
Se suponía que las muestras de amor en público estaban prohibidas, pero ahí estaban los dos, en media sala, rodeados de casi media tribu, disfrutando como los labios del omega se abrían y daban paso a su lengua, la cual no dudó en unirse son la del alfa en lo que ahora era un apasionado beso. Su mente se nubló por completo después de sentir como el omega mordía su labio inferior.
– Alfa, ¿vendrás conmigo a un lugar? Hay algo que quiero mostrarte – le aseguró apenas a unos milímetros de sus labios.
– A donde quieras amor – le susurró listo para besarlo de nuevo, pero Deku se separó al instante, tomando su mano para guiarlo por los pasillos.
Denki miró la escena a la distancia dejando salir una risa seguro de una cosa. Bakugo sabía como poner feliz a Deku, pero tambien estaba claro que Deku decidía si quería estar contento o no, pero aún, el omega sabia bien como controlar a su alfa.
Deku lo guió a un lugar importante para él alfa, y sólo cuando se encontraron por aquellos pasillos solitarios Bakugo se dio cuenta.
– Deku, vamos hacia...
– Shhh, aunque lo sepas no lo digas.
Siguieron por el pasillo hasta llegar al lugar donde los huesos del dragón descansaban. Bakugo miró sorprendido al ver que estaba iluminado con velas, la comida estaba en el centro, junto con una pequeña caja.
– Joder, esto es hermoso ¿Hiciste esto solo? – le preguntó curioso.
– Bueno, tuve un poco de ayuda de todos, pero en general, si – le dijo emocionado.
– Ven, vamos a comer. hace mucho que no comemos juntos.
– ¿De quién es la culpa? – la risa del omega llenó el lugar.
– Estaba ocupado. Me he dado cuenta que soy muy inutil en muchas cosas, así que he tenido que aprender poco a poco – le aseguró tomando la caja con una clara sonrisa en el rostro.
– ¿Sabías que hoy cumplimos tres meses desde que empezamos a salir? – Deku lo miró emocionado.
– Honestamente, pensé que yo era el único que contaba los días – le aseguró el alfa, mostrándole una gran sonrisa como la de él.
– ¡Entonces lo sabes! – Deku se emocionó al instante.
– En realidad... yo también preparé algo – confesó Bakugo, incapaz de ocultarlo más. El rostro del omega se iluminó al instante.
– ¡Pensé que era el único!– continuó emocionado.
– Por eso hice esto, soy muy inutil en muchas cosas, pero quería hacer algo especial para ti – Bakugo tomó la caja y la destapó expectante, cuando miró el contenido su sonrisa se ensanchó, miró la bufanda y la tomó mirándola con detenimiento.
Era perfecta. Cada punto, el largo, el grosor, todo. Entonces lo entendió. Todo este tiempo, Deku había estado tejiendo para él. El chico que no sabía ni usar unas tijeras había tejido una bufanda perfecta, sólo para él.
– ¿Tu hiciste esto... para mí? – Deku asintió viendo el rostro emocionado de su alfa.
– Los ancianos me enseñaron a tejer – confesó observando como Bakugo admiraba su trabajo.
– Amor... – el susurro del alfa calentó su corazón.
– Me encanta – le aseguró colocándola en su cuello, listo para portarla con orgullo.
– Estamos celebrando nuestro aniversario, entonces... – continuó el alfa mientras miraba alrededor.
– ¿Sólo vas a darme la bufanda?– soltó una pequeña risa burlona y se acercó al omega.
– ¡Claro que no! – Bakugo rió de nuevo, listo para seguir jugando con él. Bakugo empujó al chico dejándolo recostado sobre el piso.
– Entonces bésame cariño – se acomodó sobre su cuerpo y le dio un dulce beso. Deku no dudó en abrazarlo por el cuello con una clara sonrisa, correspondiendo aquel beso de la misma manera.
– No sólo quería hacerte algo por eso... Quería darte algo, porque gracias a ti estoy aquí. Tu fuiste quien me encontró en el bosque, decidiste traerme aquí, todo es gracias a ti.
– Con gusto lo haría de nuevo...
Después de comer y bromear un poco se dirigieron al bosque, donde Bakugo también le había preparado algo. El atardecer estaba cercano, mientras el cielo empezaba a pintarse de color naranja. Las manos de ambos estaban entrelazadas mientras escuchaban únicamente el sonido de sus pisadas sobre la nieve.
– Cierra los ojos – le susurró Bakugo mientras se adentraban en el bosque. Tomó su mano con fuerza y lo guió poco a poco hasta que se detuvieron en un lugar.
– Abre los ojos – le dijo cuando finalmente llegaron. Deku miró emocionado, Frente a él habían construido un columpio de acero, estaba cubierto de flores, lo cual era casi imposible por la temporada, pero lo estaba. Aunque se habían adentrado en el bosque, podía ver a lo lejos la montaña y el claro donde solían descansar después de los entrenamientos.
– ¿Te gusta? – le preguntó el alfa nervioso.
– Este es tu lugar privado. Nadie más que tú puede entrar aquí, aunque, espero que entiendas que por tu propia seguridad está al alcance de mi vista – le dijo señalando la ventana que daba al trono y su oficina.
– ¡Es hermoso! – Deku se giró para abrazarlo y besarlo emocionado. Cerca del río había algunos columpios de cuerda, pero no había visto nunca algo tan elaborado en el reino.
– Lo hice yo mismo, fundir el metal, hacer la cadena, todo, lo hice para ti – le aseguró besando sus labios. Deku no podría estar más feliz.
– Te amo Kacchan. No se quien era antes de ti. Pero hay algo que me dice que nunca había sido tan feliz. Gracias.
– También te amo Deku. Si tu eres feliz, yo soy feliz, no lo olvides – le dijo antes de morder su mejilla de forma juguetona. Se besaron y rieron un poco antes de que el omega subiera al columpio y disfrutaran juntos del anochecer.
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El corazón del Rey Bárbaro // TERMINADO
FanficSintió un pequeño aroma a lima. Algo extraño en el norte. No dudó en seguir sus sentidos hasta que encontró a una persona tirada en medio del bosque. Su ropa era de mala calidad, se veía vieja, rota y estaba mojada. Pero su apariencia, era todo lo...