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El verano estaba llegando a su fin, y con él, los días despreocupados y las tardes largas que Boss y Noeul habían compartido. Ambos sabían que el comienzo del nuevo semestre traería consigo nuevos desafíos y responsabilidades, especialmente ahora que se aproximaban sus exámenes finales.

Una mañana, mientras tomaban café en su cafetería habitual, Boss miró a Noeul con una expresión seria pero llena de cariño.

—Noeul, he estado pensando mucho sobre nosotros y lo que se avecina—comenzó Boss, revolviendo su café sin mirarlo directamente a los ojos.

Noeul frunció el ceño, sintiendo una punzada de preocupación.

—¿Qué pasa, Boss?

Boss suspiró y finalmente levantó la mirada.

—He estado aceptado en un programa de intercambio que me llevará a estudiar al extranjero por un semestre. Es una gran oportunidad para mi carrera en medicina, pero... eso significa que estaré lejos de ti.

Noeul se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Aunque estaba feliz por Boss y orgulloso de sus logros, la idea de estar separados durante tanto tiempo lo llenaba de inquietud.

_Eso es increíble, Boss. Estoy muy orgulloso de ti—dijo Noeul finalmente, forzando una sonrisa.—Pero... ¿cómo vamos a manejar la distancia?

Boss tomó la mano de Noeul, apretándola con ternura.

—Sé que será difícil, pero creo que podemos hacerlo. Nos mantendremos en contacto todos los días, hablaremos por video y encontraremos la manera de hacer que funcione. Nuestro amor es fuerte, Noeul. Hemos superado mucho juntos, y esto es solo otro desafío que podemos enfrentar.

Noeul asintió lentamente, tratando de mantener la calma.

—Tienes razón. Si hemos superado todo lo que hemos pasado hasta ahora, podemos superar esto también.

Durante las siguientes semanas, Boss y Noeul se prepararon para la separación inminente. Pasaron cada momento libre juntos, creando recuerdos que los sostendrían durante los meses de distancia. Se prometieron mutuamente que harían todo lo posible para mantener su relación fuerte.

El día de la partida de Boss llegó demasiado pronto. En el aeropuerto, se abrazaron con fuerza, sin querer soltarse.

—Te voy a extrañar tanto, Boss—dijo Noeul, sus ojos llenos de lágrimas.

—Yo también, Noeul. Pero prometo que volveré antes de que te des cuenta. Y mientras tanto, estaremos en contacto todos los días. Esto no es un adiós, solo un hasta luego.

Con una última mirada, Boss se dirigió hacia la puerta de embarque, dejando a Noeul de pie, viendo cómo se alejaba.

[...]

Los primeros días sin Boss fueron difíciles para Noeul. La ausencia de su presencia constante dejaba un vacío palpable en su vida. Sin embargo, fieles a su promesa, se mantenían en contacto todos los días. Se enviaban mensajes de texto, hablaban por video y compartían detalles de sus vidas, manteniendo viva la chispa de su relación.

A medida que pasaban las semanas, Noeul se enfocó en sus estudios, decidido a aprovechar al máximo el tiempo hasta que Boss regresara. Encontró consuelo en sus amigos y en las actividades extracurriculares, que lo mantenían ocupado y distraído.

Por su parte, Boss también se sumergió en su nuevo entorno, explorando la ciudad extranjera y aprendiendo todo lo que podía de su programa de intercambio. Aunque estaba disfrutando de la experiencia, siempre había un espacio vacío en su corazón que solo Noeul podía llenar.

[...]

Un día, mientras Boss paseaba por un mercado local, encontró una pequeña tienda de antigüedades. En el escaparate, vio un colgante de plata con un diseño intrincado que le recordó a Noeul. Sin pensarlo dos veces, lo compró, decidido a enviárselo como un recordatorio de su amor y compromiso.

De vuelta en casa, Noeul recibió el paquete con sorpresa y emoción. Al abrirlo y ver el colgante, sintió una oleada de amor y gratitud hacia Boss. Sabía que, a pesar de la distancia, su vínculo seguía siendo fuerte y que estaban destinados a superar cualquier obstáculo juntos.

Con el tiempo, Noeul y Boss encontraron una rutina que funcionaba para ambos. Se apoyaban mutuamente a través de los desafíos diarios y celebraban juntos los logros y las pequeñas victorias. La distancia, aunque difícil, había fortalecido su relación, demostrando que su amor podía superar cualquier barrera.

[...]

Finalmente, el semestre llegó a su fin, y Boss regresó a casa. El reencuentro en el aeropuerto fue emotivo y lleno de alegría. Se abrazaron con fuerza, sintiendo que nunca más querían separarse.

—Noeul, lo hicimos—dijo Boss, con lágrimas de felicidad en los ojos.—Superamos la distancia y salimos más fuertes que nunca.

—Sí, Boss. Y ahora, podemos enfrentar cualquier cosa juntos—respondió Noeul con una sonrisa radiante.

Con el regreso de Boss, la vida volvió a su normalidad. Se centraron en sus estudios y en planificar su futuro juntos, sabiendo que habían superado una prueba importante en su relación. Estaban más unidos que nunca, listos para enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara, seguros de que su amor era lo suficientemente fuerte para superar cualquier obstáculo.

A medida que avanzaban hacia el próximo capítulo de sus vidas, Boss y Noeul sabían que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre se tendrían el uno al otro. Y eso era todo lo que necesitaban para ser felices y enfrentar cualquier desafío con valentía y amor.

The beautiful and Handsome invisible boy | BossNoeul Donde viven las historias. Descúbrelo ahora