Capítulo 5

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"Si supieras lo que siento cada vez que te veo, me mirarías más seguido y sin miedos de por medio, lo nuestro no sería tan complicado, ni si quiera estaría lleno de malentendidos"

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En la clase de hoy vimos algo interesante, “el orgullo”.

El orgullo es el sentimiento de satisfacción que siente una persona hacia sí misma. Este tipo de sentimiento puede ser positivo en muchas ocasiones, ya que nos ayuda a creer en nosotros mismos y nuestras posibilidades, pero también nos puede traer efectos negativos, según sean las circunstancias o si se convierte en algo crónico, transformándose en vanidad.

C. G. Jung dijo, “A través del orgullo, nos engañamos a nosotros mismos. Pero en el fondo, bajo la superficie de la conciencia, una voz suave y apagada nos dice: algo no está bien”

Mientras veía a Park Jimin actuar orgullosamente, me pregunté si de verdad se sentía así o si sólo fingía.
A veces llegaba a pensar que lo hacía inconscientemente, pero luego descubrí que era lo suficientemente consciente como para mostrarse así ante la gente, y en muchas ocasiones, lo dejaba tan en evidencia que parecía falso.

En conclusión, sólo fingía.

— ¿Qué miras?

— Sana— suspiré al verla frente a mí obstruyendo mí vista hacia Park lo lejos.

Llevaba tres días dejando la merienda para él, también llevaba dos días vigilando si la comía o no, había notado que no comía lo dulce, tampoco bebía la leche de plátano, a veces se la daba a Soyeon o incluso a Jisoo. Sí, quizás piensen que esto es acoso, pero tengo mis motivos, podría defenderme en una corte con solo decir: Si no come bien, podría enfermar nuevamente.

¿Y por qué me preocupaba tanto?

Eso ya lo dije antes, tengo debilidad por las personas cómo Park.

— No es nada importante, ¿qué sucede? — la observé aunque seguía mirando a Jimin a lo lejos por sobre su hombro.

— Yuna y yo iremos al cine el fin de semana — sonrió.

Fue allí cuando toda mí atención se centró en ella.

— Vaya, en verdad te agrada mas que yo— bufó.

— No jodas Sana.

— No lo hago, es cierto, sabes que las cosas están extrañas, le dije que sería bueno despejarse un poco— se encogió de hombros.

— ¿Y eso qué tiene que ver conmigo ?— suspiré.

— Tiene mucho que ver — dijo y vaya que conocía esa siniestra sonrisa — Ella y ya sabes quién, no están teniendo buenos momentos.

— ¿De qué hablas? Hace dos semanas estuvieron acaramelados en tu cumpleaños — me murmuré.

— En dos semanas puede pasar mucho Jeon — bufó — El caso es que te estoy dando una oportunidad.

Yo solo reí y negué con mí cabeza.

— Todos saben que ella te gusta Jeon.

— Lo sé, incluso ella lo sabe, lo supo siempre, ¿y qué con eso?

Noté como ella se puso algo incómoda. A decir verdad era cierto, todos sabían que Yuna me gustaba e incluso ella.
Nos conocemos desde los once, su madre también la mandaba a clases de natación, nos hicimos amigos allí.
Él caso es que, cuando comencé a tener sentimientos por ella y me confesé, me dijo que solo me veía como un amigo. Con el pasar del tiempo tuvimos algo que no podría definir bien pues semanas después ella se puso de novia con alguien más y ahí acabó todo.

Hurt me, Heal me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora