Capítulo 6

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"A veces, las personas siguen sonriendo aunque sus vidas sean una mierda. Eso es porque les preocupa más guardar las apariencias que mostrarse como son... Vulnerables, frágiles, humanas "

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“Felicidad”

La felicidad para Epicteto no consiste en desear cosas, sino en ser libre.

Aferrarse a las cosas nos aleja de la dicha y el equilibrio emocional. El apego también genera un miedo irracional a la pérdida, lo cual nos aleja cada vez más de los caminos de la dicha. Por tanto, para Epicteto la felicidad consistía en alcanzar la libertad que proviene de la liberación del apego y de ser conscientes de que no necesitamos muchas cosas: “La riqueza no consiste en tener muchas posesiones, sino pocos deseos”.

Pero…

¿Era sencillo hacerlo?

Él dejar de aferrarnos a las cosas, el dejar atrás ese apego que nos aleja más y más de nuestras metas y objetivos.
La verdad es que no, no es sencillo hacerlo porque no muchos de nosotros estamos listos para avanzar.
Si alcanzar la felicidad depende de dejar atrás esos miedos y aprender a soltar…

En una “población” de cien habitantes, menos de la mitad de ellos lo logran verdaderamente. Se que esto es algo estúpido, pero verdadero.

No hay culpables más que nosotros mismos.

Baltasar Gracián decía, “Todos los mortales andan en busca de la felicidad, señal de que ninguno la tiene”.

Y tenía toda la razón del mundo.

Si estás deprimido, vives en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estás viviendo el presente…

Lastimosamente, mí presente no era el mismo, no había paz, no había tranquilidad y mucho menos felicidad.

—La señora Lee vendrá a almorzar — dijo apenas me vio pasar.

Haciendo una pequeña mueca me detuve antes de subir las escaleras.

— ¿Desde cuándo me siento en la mesa con ustedes? — pregunté.

No podía verla pero sí podía adivinar su expresión en esos momentos.

— No comes aquí porque no quieres.

— Tú bien sabes porque no como aquí — dije cabizbajo.

— Ridículo, mejor sube a tu habitación y no salgas hasta que se hayan ido — dijo al fin — Eso es mejor que tener que verte cada día — murmuró.

— También desearía no verme, pero es imposible— suspiré.

Tenía planeado huir de allí lo antes posible, pero ella no lo quería así.

— ¿Seguirás con estas mierdas? ¿Te crees un buen ejemplo para tu hermano?

— Él no es mí hermano, ni siquiera es tu hijo.

— Aún así lo parece, es mejor hijo que tú, porque a diferencia de ti él sí será alguien en su maldita vida y no solo una vergonzosa carga.

Sonriendo de lado, apreté mis manos en puños a los costados de mí cuerpo y me volteé hacia ella, vi miedo en sus ojos, el como retrocedió unos pasos y eso me hizo enojar aún más.

— ¿Y qué? ¿Debería darle un premio al mejor hijo solo porque te agrada mas que yo? — reí — Si tanto te agrada entonces preséntalo como a tu hijo con los demás, has de cuenta que no existo como lo has estado haciendo todos estos años.

Hurt me, Heal me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora