Cuando sus manos tomaron el volante, sintió inmediatamente el temblor en sus dedos al cerrarse alrededor del material. Inhaló profundamente. Exhaló. Katla levantó su cabeza, apoyándola en el respaldo del asiento del conductor y cerró sus ojos por un par de segundos, apretándolos con fuerza.
Estaba destinado a suceder, tarde o temprano pasaría, considerando la naturaleza de su trabajo, pero no quiso pensar en eso, aunque cada noche lo hiciera, aunque cada día pensaba en qué diría cuando se encontrara su camino con el suyo, o si trataría de hacer todo lo posible para no enfrentarlo.
No era justo, ni para ella, ni para él, pero si algo había aprendido durante estos años es que nada era justo, los planetas no se alineaban para nadie, y aunque alguien mereciera esto o lo otro, eso no significaba que fuera a obtenerlo.
Trató de empujar esos pensamientos fuera de su cabeza, pero aun cuando escuchaba las reprimendas, aun cuando le era recordado su lugar en la sociedad, no podía pensar en otra cosa que no fuera el sonido de su voz, en sus ojos, en su rostro, y en esa cicatriz bajo su ojo. No podía evitar preguntarse qué pensó de ella o si lo haría siquiera.
Estaba dividida y eso afectó su desempeño, aun cuando sabía que no podía permitirse ningún error; no lograba poner su mente en el lugar correcto para continuar con su trabajo como trató de hacerlo durante todos estos años.
Lo sucedido con Stain, con la liga de villanos en la USJ, definitivamente causaron revuelo entre la comunidad de la que ella era parte, de la que todos eran parte. Los cimientos de la paz temblaban y Katla no era la única que temía que pronto llegaría el momento en que el delicado balance se vendría abajo.
Por otra parte, estaba tentada a buscarlo, su encuentro pudo ser peor, aunque de todas formas estaba confundida. Ni siquiera fue una conversación, Shota apenas se comunicó en conjuntos de tres palabras, no hubo una interacción real, y el recordar sus conversaciones de antaño, sus interacciones... sentía un ardor familiar en su pecho. Pero no podía volver al pasado y cambiar el presente.
¿Eran ahora solo dos personas que se conocieron alguna vez?
No tenía derecho a reaparecer ahora, a buscar su camino para volver a entrar en su vida cuando no sabía si debería irse en algún momento, pero quería hacerlo, quería intentarlo. Pero al recordar, al pensar en las consecuencias derivadas de su última decisión... no quería llevarle más dolor.
Shota, mientras tanto, se encontraba pensando en ella, aun cuando trató de bloquear los pensamientos o sepultarlos bajo la responsabilidad que tenía hacia UA y sus alumnos, se encontraba de vez en cuando recordando su rostro, esa sonrisa que no fue sincera.
Las viejas interrogantes regresaron, la necesidad de las explicaciones que jamás tuvo, volvió. Quería conocer al menos el motivo de su partida, el de su distancia, sobre todo cuando Katla fue la única constante en su vida que, junto a Hizashi y Nemuri, se permitió conservar. Se preguntaba por qué después de haberla dejado formar parte de su círculo más cercano había decidido marcharse sin siquiera despedirse. Lo hubiese entendido si le hubiera explicado, pero no fue ni siquiera merecedor de tal concesión.
Podía negar que Katla desestabilizó su vida por un par de meses tras su abrupta partida, pero eso no lo volvería menos real. Cuando ella se fue, fue lo mismo que perder a alguien en el campo de batalla o frente a algún capricho de la parca. Quería ser racional, quería pensar de manera racional.
El tiempo no cura. El aire que trae el paso del tiempo solo lleva consigo la suficiente tierra para enterrar un suceso doloroso, pero no lo sana, mucho menos cuando las heridas son ocultadas sin permitirles respirar.
—¿Eraser?
Shota volteó su cabeza, dándose cuenta que tenía papeles en la mano y Vlad estaba dirigiéndose a su persona.
—¿Sí?
—Estaba comentándote sobre este punto —dijo Vlad señalando el papel —en el programa, creo que podemos modificar los horarios, mover esto aquí, esto allá.
Aizawa lo contempló durante un momento antes de asentir dando el visto bueno para la modificación.
Katla había decidido el peor momento para aparecer, no eran solo los pensamientos enfocados en ella que tenían su cabeza ocupada y a veces le impedían dormir pese al cansancio, sino todo lo que estaba sucediendo alrededor de sus alumnos y los recuerdos tortuosos que despertaba a veces el recordar el pasado. Pero Shota se forzó a sí mismo a abandonar ese estado para concentrarse en lo que podía cambiar, no en lo que no.
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Somewhere Only we Know
Fanfic¿Qué haces cuando la persona más importante en tu vida desaparece sin previo aviso? ¿Cómo sigues adelante cargando el peso de tantas preguntas sin respuesta? Katla Aihara fue su ancla, el sol en su invierno. Todo. Y Desapareció sin una palabra, deja...