Dejó de contener el aliento cuando el último mensaje llegó. Se sintió tan estúpida al comienzo, con el primer mensaje ¿qué otra Katla iba a ser? Su nombre era poco común, derivado de un volcán en Islandia solo porque su madre era oriunda de esas tierras, nada más.Se había sentido tan estúpida luego de enviar el primer mensaje y la ansiedad la carcomía, por mucho que escribía un mensaje no estaba conforme y terminaba borrándolo. No quería incomodarlo, pero tampoco sabía cómo dar pie a un tema de conversación o siquiera si iba a poder seguir uno. Aunque antes siempre fue buena en sacarle con tirabuzón las palabras a Shota ¿qué si no quería comunicarse con ella? Katla estuvo siempre consciente de que Shota hacía el esfuerzo por ella ¿y qué si ahora no?
Le había tomado días reunir el valor, pero después que una serie de recuerdos la empujaran a tomar el teléfono y atreverse, se encontró conversando con él como antes... se sintió tan extraño, como si el tiempo entre ellos dos no hubiera pasado y, aun así, hubo algo diferente, una pequeña aprehensión de ambos lados. Estaban caminando sobre hielo sin saber cuán fina era la superficie.
Los días siguientes Katla se reprimió a sí misma de enviar muchos mensajes seguidos o a horarios específicos, trataba de concentrarse en su trabajo para resistir a la tentación de enviar lo que fuera, como antes. No podía pretender que nada había pasado, y tampoco podía explicarle lo que realmente quería decirle. Así que se conformó con eso, con enviarle fotografías de gatos de vez en cuando, incluso pequeños videos de los animales cuando eran de esos que ronroneaban y maullaban en búsqueda de afecto.
Por otro lado, también se encontró con un audio que casi la dejó sorda, pero pecó de descuidada al no comprobar al remitente y se topó con un chillido en su oído de un Present Mic que la acusaba de ingrata por no haberle enviado un mensaje de texto a él también, acusándola de que tanto Nemuri como Shota tenían su número a excepción de él, y no es que no se le hubiera pasado por la cabeza, pero su estrés giró en torno al hecho de que quería comunicarse con Shota principalmente, ni siquiera se había escrito con Kayama desde que intercambiaron sus números, solo con Shota.
—¡Está pegado al teléfono últimamente! —Exclamó Hizashi desde el otro lado de los cubículos de la sala de profesores.
—No estoy pegado al teléfono, Mic.
—Sí, se pasa todo el día revisando si recibió un mensaje —lo interrumpió Hizashi.
—Ya déjalo Hizashi, estás molesto porque eres el último que obtuvo su número —remarcó Midnight jugando con una lima de uñas entre sus dedos.
—Yo no se lo hubiese dado, no si lo primero que iba a hacer era gritarle en el oído —añadió Aizawa dando un vistazo de reojo al teléfono que reposaba en su escritorio frente al teclado.
—¡¿TE LO DIJO?! —exclamó Hizashi ofendido.
—Claro. Casi la dejas sorda —la voz monótona de Shota era suave, y casi arrastraba las palabras —. Si yo fuera Katla, te bloquearía.
—¡SHOTA!
—Debería sugerírselo —Shota esbozó una sonrisa de medio lado, eran pocas las veces en que la vida le presentaba oportunidades como esta donde tenía la ventaja sobre las tonterías de Hizashi.
—¡No te atreverías! —desafió Hizashi, boquiabierto.
Midnight mientras tanto se entretenía con la escena que se desarrollaba frente a ella, de alguna forma, se sentía como estar en los viejos tiempos, sabía que Hizashi y Katla se llevaron bien desde el principio, pero su afinidad finalmente fue mayor con Shota, aunque eran básicamente polos completamente opuestos.
—¿Quieres ver? —Shota tomó el teléfono.
—Ya déjalo, Aizawa, lo harás llorar —dijo Kayama.
—Ese es el punto, Midnight —y justo cuando el teléfono estaba en su mano, la pantalla se iluminó con una notificación que inmediatamente abrió con un poco más de entusiasmo del que solía mostrar en general frente a cualquier cosa.
Se trataba de un pequeño video de tres gatitos, uno calicó, otro gris y uno negro con manchas blancas, los tres estaban dentro de una caja, mirando con grandes ojos oscuros hacia la cámara. Luego de ese video, prosiguió otro donde se notaba que estaban en un sitio diferente, y por lo que pudo adivinar debido a los colores blancos y limpios, se trataba de una veterinaria.
"Los traje a que los revisen, los dejaré en un refugio más tarde. Deséales suerte."
Shota no fue consciente de la media sonrisa que se trazó en sus labios mientras respondía: "Suerte".
—¡LO SOBORNA CON VIDEOS DE GATOS! —exclamó Hizashi que se había acomodado para mirar por sobre el hombro de Shota lo que estaba éste haciendo.
—Al menos lo hace sonreír, ya déjalo Hizashi, o va a terminar usando su nuevo poder adquirido y vas a terminar bloqueado —advirtió Midnight, divertida por el intercambio entre sus colegas.
—Exacto.
Hizashi nuevamente quedó boquiabierto y se cruzó de brazos, porque sabía que Shota era capaz de hacerlo y que Katla, por seguirle el juego, terminaría concediéndoselo. Normalmente así funcionaba, pese a que eran todos amigos, Katla usualmente era la que tomaba el bando de Shota, porque a veces parecía que necesitaba refuerzos cuando Yamada no le daba tregua. Siempre fue así, cuando Yamada quería despertar a Shota contándole historias de terror al oído, Katla lo detenía, e incluso ya creciendo, siempre se preocupó más de Shota que de cualquier otro. Ella fue la única razón por la que Shota comía algo más que esas simple gelatinas nutricionales después de la muerte de Oboro, y desde que ella se fue...
—Te aprovechas porque sabes que estará de tu lado —Hizashi se dejó caer en su silla con una mueca ofendida, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—Siempre fue así Mic ¿de qué te sorprende? —preguntó Midnight cruzándose de piernas —Siempre lo quiso más que a nosotros, por algo fue al primero que eligió ver de los tres.
—No puedo discutir contra eso —contestó un derrotado Present Mic —. Siempre ha sido el hijo prodigo.
Aunque Shota parecía no estar interesado en la conversación que continuaron sus compañeros, las palabras sí lo obligaron a pensar en el pasado y en la verdad del presente. En su primer encuentro después de tantos años donde la creyó simplemente perdida, pero apareciendo de la nada, se encontró con su presencia en uno de los peores momentos de su vida. Katla siempre estuvo ahí. Shota sacudió su cabeza ligeramente, guardando su teléfono en el bolsillo. Estaba dejándola volver a su vida tan fácil, sin siquiera pensar en lo que sucedió, en lo que sucedería. Una parte lo llamaba a ser cauto y racional, mientras que la otra lo urgía a meterse de lleno en el agua aun cuando era incapaz de ver el fondo, sin saber qué le esperaba más allá de la seguridad de la orilla.
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Somewhere Only we Know
Fanfic¿Qué haces cuando la persona más importante en tu vida desaparece sin previo aviso? ¿Cómo sigues adelante cargando el peso de tantas preguntas sin respuesta? Katla Aihara fue su ancla, el sol en su invierno. Todo. Y Desapareció sin una palabra, deja...