CAPÍTULO 22
TEN CUIDADO.
BLAIR DYER
Mi mirada intentó descifrar qué estaba pasando en la casa de Hailee. No era capaz de procesar que Sadie estuviera ahí. Lo que más me extrañó fue que ella le entregara un objeto, que no alcancé a ver, a Joe.
Por un momento, Joe se giró para vigilar sus alrededores. Como un acto reflejo, me agaché en mi sitio, bajando mi espalda por el asiento para hacerme más pequeña.
Tras unos segundos, salí un poco de mi escondite y me deslicé hacia arriba para ver mejor la escena. Joe ya no se encontraba entre las chicas.
Sadie y sus amigas parecían asustadas, lo que hizo que mi ceño se frunciera. Ellas siguieron en el porche de la casa de Hailee, hasta que, después de unos largos minutos, Joe regresó. Tras conversar un poco más, cada uno se dirigió a su automóvil, seguramente para volver a casa.
¿Qué estaba pasando?
Arranqué de nuevo el coche con el objetivo claro en mi cabeza. Algo raro había pasado ahí, sobre todo cuando Sadie y sus amigas estaban metidas en medio.
«¿No estabas cansada de esta situación, Sadie?», cuestioné en mi cabeza con enfado.
«¿O acaso estabas cansada de mí?», recalqué con dolor.
No sabía qué estaba sucediendo y mi cabeza necesitaba averiguarlo lo antes posible. Seguramente Joe evitará el tema como siempre, o quizás me dirá que me mantenga al margen. Ya estaba cansada de ser la marioneta de los demás cuando todos estaban jugando conmigo.
Rápidamente, puse el móvil en manos libres para llamar a Sophia y empecé mi camino. Unos pitidos sonaron en el coche, hasta que enseguida se escuchó la voz de mi amiga.
―¿Averiguaste algo? ―preguntó Sophia.
―Necesito que me cubras durante más rato.
―¿Qué? ¿Más? ¿Por qué?
―Tengo que resolver un asunto ―le hice saber sin dar muchos detalles.
―Blair, para ya, te vas a meter en un buen lío ―me advirtió con un tono de voz que demostraba su preocupación.
―Sophia, ¿sabes dónde he estado? En la casa de Hailee. ¿Y sabes quién salió de ahí? Sadie ―empecé a explotar a preguntas y respuestas sin dejar que hablara.
―¿Sadie? ¿Pero qué demonios hace esa chica ahí? ―cuestionó con sorpresa.
―No lo sé... Pero lo averiguaré ―murmuré y giré el volante para seguir el objetivo, el coche de Millie.