Donde Evangeline es hechizada por su reservado compañero de oficina y él no puede aceptarlo.
historia corta y simple, inspirada en la música que me mandan <3 Disfruten
Maybe I came on too strong, maybe I waited too long,
maybe I played my cards wrong, just a little bit wrong Baby, I apologize for it
I could fall, or I could fly here in your aeroplane And I could live, I could die hanging on the words you say And I've been known to give my all and jumping in harder than ten thousand rocks on the lake
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cansados.
—Por supuesto que lo hicieron a propósito, esos bastardos—Evangeline peina sus cejas con la pomada mientras ve fijamente al espejo buscando una imperfección en su maquillaje—Les encanta avergonzarme, son tan obvios—agrega negando y mueve su cabello buscando tener más volumen en las raíces.
Si, sus padres lo habían hecho a propósito pero ¿Y qué? Lo hacían por amor a su hija.
Además si sabían que estaba enamorada de Harry era solo porque Angelina había sido una informante cautelosa y había prediseñado todo para que ahora estén así: en la misma cabaña completamente solos en la parte que solían alquilar a recién casados porque era un paisaje muy romantico mientras ella apenas hoy le había reiterado que no se metiera porque todavía no pasaban a ser más que amigos.
Mientras tanto Harry está en las escaleras de frente a la cabaña lustrando sus zapatos tal y como prometió pues no quería invadirla mientras se alistaba ni que fuera a sentirse expuesta, era obvio decirlo pero claramente el dejó que ella durmiera en el cuarto a dormir en la cama mientras él se mantuvo en el sillón del pequeño salón durmiendo plácidamente gracias el sonido del viento y pájaros en el exterior.
Se coloca los calcetines y los zapatos negros para tomar su teléfono buscando distraerse pero justo tambien Evangeline salía de la cabaña colocándose sus aretes.
—Listo, podemos partir—dice afirmando sus zapatos en su mano izquierda pues no pensaba caminar todo el tramo de césped sobre estos tacones.
Entonces se da cuenta de que cada vez que piensa que era imposible que Evangeline se viera más hermosa; ella siempre hizo añicos esa idea porque siempre encontraba la manera de verse aún más mágica que la vez anterior.
Lo peor es que sabía que debía ser de esos estragos del amor, estaba conciente de que debía ser por lo que su alma sentía por la existencia de Eva, no debía ser solo por ese vestido ajustado de color negro ni la casual forma en la que su cabello caía ondulado detrás de sus hombros, o el maquillaje simple que hasta ella misma admitió haber tardado muy poco tiempo en hacerse.
