|8|

319 24 6
                                    

Pasé la tarde en casa. Tenía trabajo pendiente y aproveché el tiempo a más no poder, tanto que ni cuenta me di que ya estaba anocheciendo en Madrid. Me quité las gafas y despegué la vista del ordenador. Había estado varias horas frente a la pantalla redactando y el dolor de cabeza comenzaba a hacerse notar.

Me levanté del sofá y fui a la cocina para hacerme una infusión. Mientras le di de comer a Camarón, que ya me estaba reclamando atención. Jugué un momento con él y volví al sofá con una taza de té entre mis manos. No tenía pensado continuar trabajando, pero no había otro plan más entretenido.

Cogí mi móvil, que lo había abandonado por un largo rato, y vi, entre muchas notificaciones, varios mensajes de Carol que llamaron mi atención.

Carol
He hablado con Vanesa

Tengo que contarte cosas

Mónica, estás viva?

Respóndeme apenas veas esto!!!!

Hice caso a su último mensaje y le respondí. Ya empezaba a preocuparme, ¿qué había dicho Vanesa que resultaba tan urgente? Su respuesta no tardó en llegar, de hecho, fue inmediata.

Carol
Hasta que apareces

Estás ocupada esta noche?

Mónica
No tengo planes, ¿por qué?

Qué tramas, Carolina?

Respondí algo confundida y con miedo, no voy a mentir. Mi amiga sólo insistiría de esta manera si fuera algo importante o una maldad. Y ya intuía que iba más por la segunda opción.

Carol
Perfecto, me invitaré a tu casa

Cenamos sushi o prefieres algo más?

Dúchate y alístate 🙂 Llego en una hora

Definitivamente no estaba entendiendo nada. Algo tramaba, estaba claro, pero no lograba descifrarla. No insistí, acepté su auto invitación a mi casa y le hice caso.

Mientras me duchaba pensé en las distintas opciones y dónde acabaría esta noche. Temía que haya abierto la boca demasiado con Vanesa. Si esas dos habían pasado la tarde juntas, de seguro nada legal ni responsable podía salir de ese plan.

Me vestí algo casual, elegí una camisa negra y unos jeans a juego. Por lo que entendí cenaríamos en casa y luego, porque estaba claro que Carol ya tenía un lugar en mente, podría ser que fuéramos a otro sitio. No se lo iba a poner tan fácil, si bien no tenía otra cosa más interesante que hacer, primero averiguaría dónde pensaba llevarme.

El timbre de casa sonó a la vez que los ladridos de Camarón. Abrí la puerta y allí estaban: Carolina, una botella de vino y una caja de una tienda de sushi. La invité a pasar y lo primero que hice fue atacarla a preguntas, no aguantaba más y necesitaba una explicación.

—Qué ansiosa. Creí que no te importaba tu ex.

La fulminé con la mirada. Estaba claro que mi pregunta iba más allá de lo que había dicho o no Vanesa. Aunque en el fondo si me interesaba, pero eso ella no lo iba a saber.

Yo volvería - VanicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora