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Pedro

Al día siguiente llegué más pronto de lo habitual. Todavía no había nadie, incluso estaban limpiando aún. Decidí acercarme al corcho y arrancar ese cartel, lo tiré en las papeleras de fuera del instituto para que no lo encontraran e hice como que nada había pasado. Cuando los vi, fingí haber llegado justo con ellos, esperando que no sospecharan nada. Imaginaba que se darían cuenta que eso ya no estaba ahí. Y lo hicieron, porque cometí el error de dejar algunos pedazos pegados con las chinchetas, y a causa de eso, se miraron entre ellos burlándose de ella. Porque supusieron que ella fue la que lo arrancó.

–Lo único bueno que tiene es lo bien que folla –comenta Bruno.

–... Mira, te estás pasando –alcé la voz.

–¿Perdón?

–Paso. Cuando te des cuenta de lo que estás haciendo llorarás, yo me desentiendo. Como si queréis dejarme solo y sin amigos, prefiero estarlo antes que compartir espacio con gente que no tiene respeto –me temblaban las piernas.

–Estamos con Pedro –dicen Eric y Mateo, menos mal. Me quedarían ellos.

–¿Sí? Pues iros a tomar por culo, imbéciles. Cuando os pongan los cuernos seré el primero en reírme –masculló Bruno.

–Como que vas a estar enterado de mi vida –les dirigí una última mirada y me fui con los otros dos, con un peso menos y más tranquilo.

Me senté en otro sitio ese día, dejé a Kate sentarse al lado de Saul y yo me moví a su sitio. Junto con Mateo. Mi pierna aún se movía de manera frenética manifestando los nervios que sentía. No sabía cómo iba a repercutir lo que acababa de hacer en mi vida, y estaba cagado de miedo.

A raíz de ahí, evolucioné como persona y me saqué la Eso. Listo para dedicarme a lo que más me apasionaba desde pequeño. La música. Tenía claro que quería llegar lejos, y me junté con personas nuevas, uno de ellos, mi productor. De nombre artístico Linton, Alejandro para los amigos. No volví a saber de ella, por una parte quería averiguar qué había sido de esa chica. Y que estaría estudiando a día de hoy.

Saqué un par de maquetas, las publicaba en mi Instagram, y solo me escuchaban unas cien personas, pero eso para mí ya era un logro. Porque nunca sabes de un inicio lo que saldría de ahí. Y lo bueno de no tener un plan B, es que uno le pone todas sus ganas al único plan que tiene. Era mi única opción, la música. Tenía tantas expectativas y tantas esperanzas de llegar a ser grande que tenía el ansia de saber si algún día me subiría a un escenario. Lo soñaba y lo anhelaba cada día, esperando impaciente lo que llegaría en unos años.

Por otra parte, no dejaba de pensar en si lo correcto habría sido haberme quedado a defenderla, en verdad yo sabía que lo era. Pero la cobardía me invadió tanto que no tuve los cojones de hacerlo. Tal vez, las cosas habrían sido distintas. Yo era de los populares allí en el instituto, seguramente habría cambiado algo si alzaba la voz.

Pero no lo hice.

Y yo no era capaz de imaginarme todo por lo que estaría pasando. No quería ni pensarlo, habría sido mejor haberme preocupado por hablar con ella, por preguntarle. Revisé mi teléfono comprobando que el número seguía ahí, y cuando abrí los mensajes para hablarle, me había bloqueado. Lo entiendo, yo también lo hubiera hecho en su lugar.

Ivana

Mi amistad con Dai seguía siendo la de siempre, y a nosotras unos meses después se unió una chica nueva. Clara, era adorable. Con ella nos habíamos hecho un trío súper sano. Con Kate nunca podríamos haber estado así, era muy celosa y no le gustaba nada. No era sano, pero se lo habíamos estado perdonando porque era nuestra amiga de siempre, y al final nos traicionó. Aquellos italianos que Daiana y yo conocimos en el viaje de estudios de cuarto, seguían en contacto con nosotras, y de vez en cuando venían a vernos, eran unos tíos increíbles. Y nuestros amigos Charlie y Liam también seguían con nosotros, creo que estaríamos todos juntos toda la vida. De hecho creo que a Liam le gustaba Clara. No nos decía nada, pero estaba bien claro. La única que faltaba por tener "algo" era Daiana. La veía muy bien soltera, pero en el fondo –desde pequeñas– siempre le había tenido un cariño especial a Liam. Y ahora él "estaba por otra".

En septiembre, cuando terminé la Eso me metí en el bachillerato, el bachillerato que acabé terminando a los tres meses porque me estaba consumiendo. A mí, que era una persona súper aplicada, estudiosa... Esta había sido la peor tortura de mi vida y la cosa que había terminado con mi salud mental durante esos meses. Me moría de la rabia. A día de hoy, 4 de diciembre de 2016, no estudiaba ni tenía pensando hacerlo. No de momento. Tenía la eso y era lo que me importaba. Podría trabajar, hacer lo que debía, pero no me veía capaz de empezar algo más. Lo bueno es que empecé a buscar trabajo nada más dejarlo, y trabajaba en una tienda de ropa del barrio, y con el dinero que sacara de ahí podría hacerme mis caprichos.

Y los fines de semana, me juntaba con mis amigas en la casa de una de nosotras para hacer una recapitulación de la semana. Mi novio a veces venía con nosotras porque a las chicas les caía bastante bien por suerte.

–¿Qué? ¿Hay haul o no hay haul esta semana? –sonríe Clara–, ¿no habéis hecho ningún pedido de ropa?

–No tengo ni pa' mi, voy a tener para ropa... –se ríe Dai.

–Yo tengo la cesta de Shein llena, a ver cuando me la pido.

–Cuando cobre puedo ayudarte –me sonríe mi novio.

–Pues ea.

Nos quedamos poniéndonos al día hasta que se hizo demasiado tarde y cada una se fue para su casa. Él venía conmigo a mi casa. Ya era costumbre que durmiera en mi casa. Mis padres lo adoraban. Y las gatas pues sin más.

–Ah, pero luego cuando estáis en celo, bien que venís –ellas lo miraban mientras él les hablaba–, claaaro, cómo sentís las hormonas masculinas –una de ellas maulló–, qué miau ni qué miau.

Me hacía mucha gracia verlo hablando con ellas. Lo peor es que le contestaban. Le estiré de la mano y fuimos a mi habitación. Estaba cansada. Por suerte mañana era sábado, es decir, día libre. Solo para nosotros dos. Se tiró sobre mí cama y se quedó ocupándola entera como una estrella de mar. Riendo porque era costumbre, me puse mi pijama calentito y me tumbé con él.

El tiempo con Iker era mucho más sano. Me sentía una chica más segura de sí misma cuando lo llevaba de la mano. Era un chico increíble, y me cuidaba como a todo.

ᴍíʀᴀᴍᴇ ᴄᴏɴ ᴏᴛʀᴏꜱ ᴏᴊᴏꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora