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2018

Ivana

El tiempo pasaba muy rápido y ya habíamos cumplido la mayoría los dieciocho. Y eso conllevaba poder salir de fiesta, viajar, y hacer muchas cosas más que antes no podíamos. Yo seguía con Iker, éramos muy felices.

–Oye, Ivy… Me vas a matar por no habértelo contado antes pero bueno. Puede ser, CABE LA POSIBILIDAD de que me guste alguien. Y no, no es Liam. Porque ya te veo abriendo la boca.

–Pues genial, Clara.

–No, genial no. Me dan miedo los tíos, entre mi padre, mi hermano y mis ex –su padre: alcohólico. Su hermano: en la cárcel. A la pobre solo le quedaba su madre–, ¿y si se acaban convirtiendo en… eso? No, me da miedo.

–¿Qué tendrá que ver uno con otro, Clara? Vaya tontería acabas de soltar, cariño.

–Es que mis gustos tampoco es que sean los mejores. ¿Y si me acaban poniendo los cuernos otra vez? O se droga. ¡Ay! ¡Qué agobio!

–Que pereza de vida, hija.

–¿Por qué lo dices? Lo que yo no sé es como puedes vivir tan tranquila…

–No me tengo que preocupar tanto. Sino no vivo.

–... Ya… pero es tan fácil decirlo y tan jodido hacerlo, tía. A veces no sé si lo estoy haciendo porque quiero o porque mi ansiedad piensa que debería hacerlo así –suspira mientras en sus ojos se forman gotas.

–Venga, tía, tranquila.

–Es que es verdad que es una vida que da pereza, y no sé cómo coño quitármela de encima –abrazó sus rodillas.

–Intenta no pensar tanto y verás que bonito todo.  Vive, no desperdicies tu vida por pensamientos de mierda.

–Vale, veré cómo me salen las cosas entonces…

–Por cierto, ¿cómo se llama?

–Saul.

–... ¿Qué?

–Sí, ¿por?

Ella no sabía nada. Nunca le contamos nada. Era cierto.

–Pues… tengo algo que contarte de este chico y todo lo que trae detrás el hijo de puta.

Soltó sus rodillas y se puso cómoda. Después nos trasladamos a la cocina para hacernos un té frío y seguir con la historia. Le conté desde el inicio con Bruno, hasta su compinche Saul por hacerme la vida imposible en el instituto.

–Dios mío… Lo siento tanto, tía. Es que yo lo conocí a partir de otro que se llama Bruno. Es ese, ¿verdad?

–Sí. Algún día me imagino que me pedirá perdón por todo.

–Pues cuando yo lo conocí era un tio muy agradable, se le veía tranquilo. A lo mejor ha ido al psicólogo –bromea ella.

–Puede ser, el día que me lo vuelva a cruzar, si tiene que pasar, ya te diré –la miré. La verdad que me gustaría unas disculpas sinceras de parte de todo el grupo y ver que son mejores personas, porque todo lo que me hicieron sufrir fue para matarme.

–Dios… ojalá te pidan disculpas. Cuando me conocieron no dijeron nada de nada. Igual no supieron que eras tú. Has cambiado un poco desde el instituto.

Mi pelo estaba más corto y mi cuerpo ahora era diferente. Había terminado de desarrollarme e incluso había crecido un poco. Tenía más pecho, más culo, y unas curvas bonitas. Algún que otro piercing y tatuajes. Tatuajes encima de mis cicatrices, se disimulan casi a la perfección. Todo el mundo se fijaba en el tatuaje y no en la marca.

ᴍíʀᴀᴍᴇ ᴄᴏɴ ᴏᴛʀᴏꜱ ᴏᴊᴏꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora