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Ivana

Mi padre tenía razón, Pedro no volvió a aparecer por casa. Había pasado una semana. Me sabía mal porque era una persona importante en mi vida, si quería ser así, no iba a impedírselo. Él no me dijo nada, pero sus ojos la última vez que nos vimos sí lo hicieron. Dolía tanto haberme dado cuenta y no poder corresponderle.

Mientras tanto seguía trabajando en la misma tienda y las chicas venían a veces a casa u otras yo a la suya. Y un día Dai nos dio la noticia del siglo.

–Estoy con Liam.

–¿QUÉ?

–¡Estoy con Liaaaam! –alzó las manos al aire, celebrándolo y riendo.

–Ya era hora, joooder –ríe Clara.

–Ya te digo.

–Faltais tú y Saul –Dai mira a Clara.

–Cierto, ¿a qué esperáis?

–Es que no me ha pedido nada, y tampoco parece que al final le interese del todo, y no sé...

–¡Mentirosa, está loco por ti y eres tú la que huye! –suelta Daiana.

–Hacéis el tonto y con ganas.

–B... bueno... –se ríe ella, ha enrojecido por completo–, con ganas puede que hayamos hecho otra cosa.

–¿QUÉÉÉ? –estábamos ambas con la boca abierta mirando a nuestra amiga.

–Pues eso. Fue en la última cena que hicimos, me invitó a dormir y nos fuimos juntos y pasó.

–Protección usaste, me imagino.

–... Eeeemmm...

–CLARA.

–¡Es que creyó que compró y no lo hizo y pensé que no pasaba nada si se corría fuera!

–¡Antes de llover chispea!

–¡No va a pasar nada! Estoy segura.

Suspiré.

–Eso espero –la mira Daiana. Ambas en contra de lo que había hecho.

–Y sino, pues tendré que abortar...

–Sh. No pensemos en eso.

–Vale, vale...

Hubo un sepulcral, largo e incómodo silencio, hasta que otra vez, Clara abrió la boca.

–... Se corrió dentro.

–No me lo puedo creer. ¿Fuiste a por la pastilla del día después?

–Soy estúpida... –se puso las manos en la cara–, sí, sí fui. Me la he tomado, creeme. Está el envoltorio en la basura.

–Vale bien. Menos mal. La próxima vez ten cuidado, no sabemos la vida sexual de Saul y te puede pegar cualquier cosa.

–¿Hay posibilidad de que la pastilla falle?

–Sí. Pero no lo hará. Tranquila.

–Ay, dios mío... –se le llenaron los ojos de lágrimas–, es que no se lo he dicho a mis padres, y además él también está agobiado con eso, y la regla me tendría que haber bajado hace una semana. Y... y... ¡Joder! –golpeó los cojines que estaban a su lado.

–Clara, tranquila. La regla a veces falla cuando estás en estado de estrés, estás con ansiedad, puede ser eso, o un efecto de la pastilla.

–Igualmente, he pedido cita en el ginecólogo pasado mañana... ¿Me acompañais?

ᴍíʀᴀᴍᴇ ᴄᴏɴ ᴏᴛʀᴏꜱ ᴏᴊᴏꜱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora