Capitulo 1

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Letizia era la joven más encantadora que se podía encontrar, dueña de una belleza deslumbrante y de unos ojos verdes que hechizaban a quienes los miraban. Con una figura envidiable y una personalidad alegre y vivaz, lograba que todos desearan su compañía. Positiva y aventurera, amaba la naturaleza y los deportes extremos.

Era hija del prestigioso Jesús Ortíz, CEO de Ortíz Automotores, una empresa dedicada a la venta y fabricación de autos, donde Letizia se desempeñaba como la publicista principal. Durante años, su padre la había preparado para sucederlo al frente de la empresa, pero ella no deseaba tomar su lugar. Su pasión era la publicidad, los viajes, los deportes, y no cambiaría su libertad por la pesada carga de dirigir la empresa.

Lo que Letizia desconocía era que Ortíz Automotores estaba al borde de la quiebra y que un poderoso magnate multimillonario planeaba tomar el control.

Era un día más en la vida de Letizia. Como todas las mañanas, se levantó y tomó el desayuno preparado por María, una de las empleadas principales de la casa.
Luego, se dirigió a la piscina para nadar, encontrándose con su madre, Paloma, una mujer aún joven y de una belleza impresionante. Sin embargo, esta vez, los ojos verdes de ella estaban empañados de lágrimas.

—Buenos días, mamá. ¿Por qué lloras? — preguntó Letizia, visiblemente preocupada.

—Hola, mi amor. No es nada, no te preocupes —respondió su madre, intentando ocultar su tristeza.

—No puedes decir que no es nada. Eres siempre tan alegre, nunca te he visto llorar. ¿Qué sucede? —Letizia, tan parecida a su madre en lo físico y en la personalidad, no podía dejar de preocuparse.

—Leti querida, solo tuve una discusión con tu padre. No debes preocuparte.

—¿Tú peleaste con papá? No lo puedo creer —ella siempre había soñado con un matrimonio como el de sus padres. Se amaban intensamente y, en sus 25 años de vida, jamás los había visto pelearse. Si lo hacían, lo mantenían lejos de su vista, y raramente había visto a su madre llorar.

-Son problemas con la empresa, hija, nada más. Pero no te preocupes. Cuéntame sobre tu viaje a Italia. ¿Cuándo te vas? —Letizia había planeado tomarse unos días para visitar Italia, su lugar favorito en el mundo. Sin embargo, no iba a irse sin conocer la naturaleza de los problemas que afectaban a la empresa, especialmente cuando su madre estaba tan afectada.

—Esta noche, mamá, pero no puedo irme así, viéndote llorar y sabiendo que hay problemas en la empresa.

—Hija, son problemas que se pueden solucionar. Sabes que tu padre vive para la empresa; encontrará la manera. Tú vete y disfruta, hace meses que trabajas sin tomarte un respiro. Aún eres joven.

—Iré a hablar con él, mamá, pero por favor, deja de llorar. No puedo verte así —dijo Letizia, acercándose a su madre y dándole un beso en la mejilla.

—Eres lo que más amo en esta vida, hija. Pase lo que pase, nunca lo olvides.

—¿Por qué dices eso? —preguntó Letizia, sorprendida por la extraña actitud de su madre.

—Olvídalo, hija. No me prestes atención. Debo ir a ver a las mujeres de la iglesia. Estaré bien, no te preocupes por mí —su madre se apresuró a salir, dejándola con la palabra en la boca. Más que nunca, Letizia sentía la necesidad de hablar con su padre antes de irse a Italia. No podía dejar las cosas así; no iba a permitir que él hiciera sufrir a su madre. "¿Acaso su padre tendría un amante y acababa de enterarse?", pensó Letizia.  Después de una ducha y de ponerse un vestido azul Francia para combatir el calor, se subió a su auto deportivo y se dirigió a la empresa.

Ortíz Automotores ocupaba un imponente edificio de varios pisos, una empresa con historia que había comenzado cuando su bisabuelo se inició como vendedor de autos y luego se especializó en la fabricación, convirtiéndola en una de las más importantes y prósperas de España.

Letizia bajó del auto y se adentró en el edificio, saludando a los guardias de seguridad, y subió al elevador más cercano, ya que su padre se encontraba en el tercer piso.

Al llegar, se sorprendió al ver a las secretarias inquietas y no dudó en preguntarles. Normalmente muy responsables, ahora estaban murmurando, algo inusual en ellas.

—Hola, Lucía. ¿Cómo estás? ¿Sucede algo? —preguntó Letizia. A pesar de ser la hija del dueño, trataba a todos con igualdad, y las secretarias le correspondían con la misma familiaridad.

—Hola, Leti. No vas a creer quién acaba de irse.

—¿Quién? —preguntó, perpleja.

—El guapísimo Felipe de Borbón, dueño de las concesionarias italianas Borbón —sabía quién era. El empresario más adinerado de Italia, conocido por su despiadada personalidad y falta de compasión por las pequeñas empresas. A pesar de que nunca lo había visto en persona ni en fotos, le resultaba sorprendente que estuviera en Ortíz Automotores. "¿Acaso estaría haciendo negocios con mi padre?", se preguntó Letizia Algo extraño ocurría, y estaba a punto de descubrirlo.

—Lucía, ¿está mi padre en su oficina?  —La joven era secretaria de Jesús Ortíz desde hacía años, siempre era de confianza.

—Sí, Leti. ¿Quieres que te anuncie? —preguntó, notando su preocupación.

—No te preocupes, Lucía. Entraré y lo sorprenderé.

Letizia entró en la oficina de su padre, un espacio armonioso lleno de plantas, con un inmenso sofá negro traído de Estados Unidos, un escritorio de algarrobo perfectamente ordenado, y un ventanal que ofrecía una vista magnífica de la calle. Allí estaba su padre, observando pensativo, sin percatarse de su presencia.

—Hola, papá saludó —algo desconcertada.

—Leti, mi amor, no te escuché entrar —sus padres siempre habían sido muy cariñosos con ella. No podía haber tenido mejores. Sin embargo, notaba que los ojos de Jesús estaban desorbitados, cansados y llenos de angustia, casi al borde de las lágrimas.

—Papá, tienes que explicarme qué pasa. Hoy mamá estaba llorando, ahora tú. Felipe de Borbón acaba de salir de tu oficina. Dime, ¿qué está pasando? —preguntó, profundamente preocupada al ver la angustia en los ojos de su padre, que no podía ocultar.

—Eres tan perceptiva, hija. No quería decírtelo, pero no me dejas otra opción.

—¿Qué sucede, papá? Confía en mí.

—Leti, Ortíz Automotores está en la ruina...

Hola!! Esperó que les guste está adaptación, denle apoyo  por favor ❤️

No he actualizado el otro fic porque no tengo ideas de drama para el capítulo, pero trataré de actualizar rápido

Un Matrimonio Por Conveniencia (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora