Capitulo 17

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Después del altercado con su esposo, Letizia se encerró con llave en su cuarto. No quería verlo por un buen tiempo. Por suerte, Felipe se había ido a la empresa y no volvería hasta entrada la noche. Se tomó una ducha, se puso ropa cómoda y salió para su cita con la doctora.

En el camino, su madre la llamó por teléfono, ya que Letizia le había contado sobre la cita.

—Hola, mamá — saludo desde el altavoz del auto.

—Hola, mi niña. ¿Cómo estás?

—¿Cómo crees que estoy, mamá? Hoy es el primer mes de este martirio; quedan once meses todavía — exclamó resignada. Si tan solo todo fuera diferente...

—Lo siento tanto, mi amor. Siento que estés pasando por esto. Fue nuestra culpa y tú estás pagando nuestros errores -se disculpó paloma

—No digas eso, mamá. Ustedes me dieron la posibilidad de elegir y yo elegí. Solo estoy dolida por lo que sucedió con Felipe, Haciéndose pasar por Francesco, enamorándome... Eso no se lo voy a perdonar nunca — unas lágrimas traicioneras cayeron de sus ojos inesperadamente.

—Te entiendo, hija mía — a paloma le dolía ver y sentir el sufrimiento de su hija. Una persona como ella no merecía pasar por un momento como ese; Felipe se Borbón era un desgraciado.

—No te imaginas lo que me enteré anoche, mamá. Tiene un amante. La tenía desde antes de casarnos y anoche durmió con ella.

—¡Oh, Dios mío! Letizia, debes exigir respeto — manifestó la mujer, enojada con su yerno.

—No espero nada de él, mamá. Lo único importante en mi vida es mi hijo. Este bebé es el único recuerdo que me queda del viejo Francesco, de la persona de la que me enamoré y que ahora desconozco por completo.

—Hablando de mi nieto, ¿estás yendo a tu cita con la ginecóloga?

—Así es, mamá. Estoy un poco preocupada. Según mis cálculos, estoy de pocas semanas y no debería estar tan indispuesta. No puedo comer nada. Es un milagro que Felipe no se haya dado cuenta. Hasta el abuelo se dio cuenta de que estoy embarazada.

—Es injusto que debas pasar por esto sola. Cómo me gustaría estar allí en este momento, acompañándote.

—No te preocupes, mamá. Estoy casada con el mismísimo diablo; puedo con esto.

Finalmente, llegó a la clínica de maternidad donde sería atendida por la ginecóloga. Cuando le tocó su turno, una señora de unos cincuenta años la hizo pasar y amablemente le pidió que se acostara en la camilla.

—Hola, señorita. ¿Puede decirme su nombre? —preguntó la mujer, tomando nota de sus datos.

—Me llamo Letizia  Ortiz, doctora.

—¿De cuántas semanas crees que estás?

—Si no he calculado mal, mi último periodo fue hace seis semanas, pero me siento muy mal, muy indispuesta. No puedo comer nada; quiero saber que todo esté bien.

—Es extraño que con tan pocas semanas tengas síntomas tan fuertes, a menos que...

—¿A menos que, doctora? — preguntó Letizia preocupada, llevándose la mano al vientre.

—Que estemos frente a un embarazo múltiple — respondió la doctora, desconcertando a Letizia

—¿Un embarazo múltiple? ¿Se refiere a mellizos o gemelos? — preguntó, sin poder salir de su asombro. ¿Podrá ser eso posible? Si es así, la herencia Borbón tendría dos herederos.

—Ahora lo veremos — dijo la doctora. Le puso un poco de gel y, con un ultrasonido, recorrió cuidadosamente el vientre. Como ella sospechaba, Letizia estaba embarazada de gemelos —Mira la pantalla, — Letizia no pudo controlar la emoción al ver dos pequeñas manchitas en la pantalla. Jamás imaginó tanta felicidad y emociones juntas — Efectivamente, son gemelos. Están dentro de la misma bolsa y estás de siete semanas.

Un Matrimonio Por Conveniencia (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora