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xii. capítulo doce la sabiduría de mamá odie
──¡Ahora escuchen a su mamá niños!
Los tres se vieron entre ellos con confusión sin saber que decir.
No importa como luces No importa tu disfraz
Ni los anillos en tus dedillos ¿Qué más da ya? (¡Qué más da!)
No importa ni tu origen No importa incluso que serás
La anciana hizo aparecer una gruesa cara de madera, volteando hacia Juju, quien era quien estaba más cerca de ella.
Un can, lechón o res, barbón
Naveen inclinó su cabeza levemente al ver en todo en lo que esa serpiente se transformaba. Lucille hacia una mueca cada vez que la mujer golpeaba al reptil con el pedazo de madera.
¡Todo cabe aquí! (¡Todo cabe aquí!)
Todos saben lo que quieren Lo que quieren que les dé Les digo que requieren Y cantando encantaré
Lucille se alzó con ayuda de sus alas cuando Mamá Odie se acercó hacia donde ella estaba, abriendo el baúl en el cuál estaba parada. Comenzó a aventar varias cosas en distintas direcciones.
Louis atrapó entre sus garras un pandero, mientras que Raymond una pequeña tapa de botella.
El cisne vuela hasta llegar a un lado de Naveen y Tiana. El primero movía su cuerpo al ritmo de la música, mientras que la segunda estaba cruzada de brazos, harta de no obtener ninguna respuesta lógica.
Es tu deber, trabaja duro Y te encontrarás Es tu deber, trabaja duro
Sonrió al ver como Juju tenía una concha atorada en su boca. La sacó con facilidad, acercándose a los tres animales que estaban juntos. La abrió, mostrando una hermosa y gigante perla blanca. Lucille sonrió al verla.
Naveen, oh, él sonrió al verla sonreír.
Cuando sepas que hay en tí Tendrás lo que te va Cielos y nubes para tí
El cisne volteó a ver a Naveen de reojo, quien solo sonrió más grande, mostrando su perfecta dentadura.
──A trabajar... A trabajar.
Los tres hechizados se separaron, cada quien llendo a otra parte de la casa para evitar ser aplastados por los flamencos que volaban y brincaban por todos lados.
El principe fue un ricachón Y más rico quiere ser
A Naveen le brillaron los ojos al escuchar aquellas palabras, por lo que se volteó, asintiendo con la cabeza.
