YES TO HEAVEN prince naveen

𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚. a new beginning

CAPÍTULO EXTRA
un nuevo comienzo

Lucille tenía una mueca en el rostro, la cual no se molestaba en esconder. A un lado de ella, Naveen se arremangaba las mangas de su playera, listo para trabajar.

En frente de ambos, Tiana se encontraba con una enorme sonrisa, bailando en medio de la calle mientras celebraba. Ya que por fin había conseguido la construcción del restaurante de sus sueños.

Construcción la cual parecía que ante cualquier mínimo golpe, se caería a pedazos.

Bueno, al parecer Lucille era la única que quería admitirlo en voz alta.

──¿Estás segura de que lo quieres hacer tú sola? ──pregunta Lucille cruzándose de brazos──. Quiero decir, míralo.

La pareja se tomó unos segundos para analizar la vista frente a ellos.

──Se un poco optimista. ──se queja Tiana rodando los ojos──. Claro que contrataré a expertos. Pero me gustaría dar los primeros martillazos.

El futuro de Maldonia se había ofrecido para financiar cualquier cosa que Tiana quisiera como pago gracias a lo que ella tuvo que pasar. Por lo que realmente el dinero no era problema.

Lucille se encogió de brazos dándose por vencida. Para su suerte, aquel día traía un vestido con el cual era sencillo hacer cosas.

──Pienso que te estás aprovechando de la emoción de Tiana. ──reclama la rubia cruzándose de brazos. Naveen la voltea a ver confundido.

──¿Yo? ¡Por supuesto que no!

──Alguien me contó, que tú siempre quisiste armar algo desde cero. ──Naveen voltea a ver a Tiana con indignación──. Solo admítelo.

──Yo nunca me aprovecho de una mujer. ──se defiende apoyándose sobre una cajas apiladas──. Yo le doy a las mujeres... Placer.

Él voltea a ver a la rubia de forma coqueta. Tiana hace un sonido de asco mientras que Lucille siente como sus mejillas comienzan a tomar un tono rojizo.

──Bien ignoramos eso. ──murmura Tiana tomando el martillo entre sus manos──. Hay cosas que hacer.

[ . . . ]

Aquella mujer realmente tenía un excelente sazón. El restaurante fue todo un exito al poco tiempo de abrir. La gente se formaba en filas de varias horas de espera.

Los balcones tenían una extraordinaria vista al mar y a la ciudad iluminada.

Sin embargo, pronto ambos tuvieron que abandonar la ciudad del jazz para regresar a su hogar.

La pareja de recién casados fue recibida con una emotiva bienvenida de regreso a su hogar.

Y aunque nadie sabía el verdadero motivo del porque fueron de viaje a Nueva Orleans, estaban más que contentos por ver a los futuros reyes tan unidos.

Y de pronto, sin darse cuenta, siete años pasaron en un abrir y cerrar de ojos.

El título de reyes de Maldonia pasó a los más jóvenes en poco tiempo ──debido a que ambos ya estaban casados──. Pero, los padres de Naveen seguían vagando por el palacio como dos seré enamorados.

Una noche no pasaba sin que la rubia saliera a ver el cielo nocturno, observando con detalle a esas dos brillantes estrellas en medio de la noche.

Quería pensar que lo que era la esencia de Raymond la escuchaba con atención. Había veces que hablaba con él o Evangeline, incluso su madre.