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xv. capítulo quince pánico
maratón 3/3
Realmente si le preguntaban no sabría cómo describir el dolor que sentía en ese momento. Se sentía capaz de matarse ella misma con tal de dejar de sentir.
Pesadas lágrimas comenzar a bajar por sus mejillas mientras se sostenía del barandal de la calle como si su vida dependiera de ello.
Tiana brincó entre los zapatos de la gente con agilidad con tal de llegar por el hombre sombra lo más rápido posible. Tenía que arrebatarle ese muñeco de sus manos.
Escuchó varias exclamaciones de repente que la hicieron voltear por un momento. Observó como Naveen corría hacía la iglesia para luego cerrar la puerta en la nariz de todos.
Frunció el ceño ante la actitud del masculino pero continúo corriendo hasta el mago.
Subió un poste de luz que estaba a un lado. Miró con atención los movimientos del doctor Facilier. Este metió la mano dentro del bolsillo de su pantalón y sacó un nuevo alfiler, el cuál nuevamente amenazó el corazón de la muñeca.
Tiana realmente no sabía nada acerca del vudú, pero estaba segura de que si alguien ponía un alfiler en el corazón del muñeco, no significaba nada bueno. Por lo que tomó la decisión de detener su acción, utilizando su lengua para arrebatarle la muñeca de la manos.
Este observó arriba suyo con sorpresa, temblando de rabia al ver a la rana saltar nuevamente hacia la multitud. No sin antes aventar el alfiler que tenía enterrado la muñeca a quien sabe dónde.
──¡No! ──grita Facilier yendo tras la rana. Pero debido a que la gente se le vuelve demasiado complicado, por lo que chifló llamando a las sombras.
Tiana jadea retrocediendo cuando una zapatos estuvo a punto de pisarla, buscaba desespetadamente el largo vestido de Lucille.
Raymond se acercó volando hasta ella, cargando con dificultad un talismán más grande que su propio cuerpo. Naveen estaba a un lado de él.
──¡Hey, hola! ──saluda el sapo con una sonrisa nerviosa. Traga en seco al ver como las sombras se acercaban a ellos.
──¿¡En dónde estabas!? ──pregunta Tiana molesta sin dejar de correr.
──¡Es una larga historia! ──responde Naveen haciendo una mueca, todavía le dolía un poco la lengua ante el pisotón de Lawrence──. ¿¡En dónde está Lucille!?
──¡No lo sé! ¡Pero la tenemos que encontrar rápido!
Los dos saltan sobre una de las bancas que se encontraba en su camino, para luego saltar hacia la jardinera y escalar el árbol para pasar desapercibidas por las sombras que los perseguían.
