Jisung miró a su alrededor, desorientado y con el miedo recorriendo todo su cuerpo. Habían personas demasiado intimidantes, incluso las mujeres lo eran. Si se encontrara en otra situación, hubiera encontrado a los hombres guapos y hubiera tratado de acercarse a ellos. Pero ahora lo que menos quería era eso.
Por Dios, solo quería volver a casa y estar con su madre, con su hermanito y con su perrito. Donde todo era felicidad.
El guarda detrás suya le dió un pequeño empujón, obligándole a sentarse en la banca. Y al momento, el mismo sujeto le puso un plato en frente suya.
—Es tu comida, no hay nada más. Si no te gusta, es tu problema—. Habló con desinterés, a Jisung le dió repulsión ver el alimento, aunque se estaba muriendo de hambre—no había comido desde la mañana—no comería eso.
Se quedó mirando el contenido de la pieza de unicel como si fuera lo más interesante. Tanto que no supo cuánto tiempo pasó, hasta que se anunció por los parlantes que se había acabado el tiempo de comida. Con su estómago rigiendo, se levantó de inmediato del asiento y buscó con la mirada al guardia, y se dió cuenta de que ya se había ido de ahí, y fue de forma discreta porque no supo cuándo lo hizo. Se dirigió a la salida y, con los latidos palpitantes de su corazón rápidos, se acercó a un jóven con traje de policía que custodiaba la entrada. Pues no sabía dónde se encontraba .
Sus mejillas se incendiaron cuando hicieron contacto visual.
—Di-disculpe...—. La mirada curiosa y a la vez intimidante del sujeto le provocaba nerviosismo—No sé dónde se encuentra mi celda... So-soy nuevo—Analizó sus facciones, reconociendo lo guapo que era. Eso solo hizo que ahora sus orejitas se tornaran rojas como un tomate. Y su pecho subía y bajaba rápidamente.
—¿Cuál es su nombre?—. La dureza con la que le habló hizo que su corazoncito se apriete. Ya que era muy sensible y no estaba acostumbrado a que le hablen con esa brusquedad. Pero no mostró signo de sumisión.
—Han Jisung, mi celda es la 0325—. Informó, el más alto volteó, marcando su gran manzana de Adán. Esto le dió un aspecto más guapo y maduro. Su mirada viajó a las manos, tan grandes y visiblemente fuertes. No sé quejaría si esos largos dedos le llegan a tocar su piel y, tal vez disfrutaría que éstos lleguen a trazar un camino desde su espalda hasta su pequeña y estrecha...
"Controla las hormonas, Han Jisung, te encuentras en la cárcel" Se golpeó internamente al darse cuenta de lo que estaba pensando. No tendría nada de malo pensar eso si tan solo se encontrara en otro lado, tal vez en el gimnasio. Donde sería libre de pedirle su número y tal vez, solo tal vez, ir a su casa para pasar un rato juntos. Para después encerrarse en su cuarto donde conocerían todo su cuer-
—Sígame—. Interrumpió su curiosa ensoñación y caminó esperando a que lo siga. El receptor después de reflexionar un poco, le siguió el paso. Ignoró la mirada de las personas de alrededor, algunas curiosas y otras algo perturbadoras y obscenas. El uniforme que tenía, era algo apretado. Y no negaba que su pequeño cuerpo tuviera sus pequeños atributos. Su cintura era pequeña y marcada. Su trasero era elevado y algo grande para un hombre. Sus piernas estaban algo llenitas y dejaban mucho que desear. Tenía un cuerpazo, como le halagaban algunos. Aunque no era algo que se debía presumir estando en un lugar tan hórrido como lo era la cárcel.
Pasaron varios pasillos. Hasta que por fin vió su número correspondiente arriba de una celda, con los barrotes algo oxidados y malolientes. Su naricita se arrugaba a cada paso que daba.
—Ésta es su celda, la compartirá con otro prisionero—. Lo último le hizo temblar. ¿Y si su compañero era malo? No, ¿Y si era terriblemente guapo y no podía hablarle como la gente normal haría? ¿Y si él era muy feo y violento? No, no, tenía que pensar positivamente. ¿Y si él le quitaba la virginidad? ¡Eso sería un regalo! No, no lo era. ¿Y si lo violaba? ¿Y si le golpeaba? ¡No! ¡Todo menos eso! Sabía que no iba a sobrevivir por mucho.
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Prisionero ~ Minsung.
FanfictionDonde Jisung es acusado de haber matado a una persona y llevado a prisión con una condena de 35 años. Minsung Historia original